El peor de los mundos posibles
T ómese de la peor manera, como cualquier declaración de guerra. O mejor dicho, como si víctima inocente fuera, aunque desconocimiento de los hechos finja. Cada cual de los violentos comandos apoltronado en su respectiva trinchera y yo enmedio de las dos calles, parado mirando al cielo que en estos casos siempre se cierra. Hoy prefiere la ventana abierta. Vuelan de cada lado las balas perdidas, las encontradas, las que siempre tuvieron destino y las que salieron sin cnsentimiento: son los fastidios los que dan en el blanco. Cae la abulia con su cara nacarada. Son casi trescientos los días, sesenta los considerados y el resto para conseguir comida. Si quisiera ser parte consciente de esta maldita guerra ya me habría cerrado la bragueta. 'La cremallera' dicen en lenguaje asceta. Con una botella de vino alcanza sin ser necesario esperar hasta que amanezca. Para dormir cualquier hora es buena. Todos los conocidos se fundamentan en la creencia sublime de que realmente te conocen:...