Hielo negro

“-Nadie me ve como una mujer. Para todos soy… otra cosa. Un monstruito amaestrado.”
Para luego agregar, a pesar de los comentarios condescendientes de su parejitasolidario:
“-No digas nada. Tú ni siquiera me gustas. Es sólo eso, que aquel güey me hizo sentir deseada”.
Aquel güey era su pareja furtiva, su amante de una vez a la semana, un judacorrupto y gandalla de la peor calaña. Se lo mataron por meterse con la persona equivocada.
Hielo Negro es una novela escrita por un hombre donde las protagonistas principales, “la buena” y “la mala” son mujeres. (una “mala” muy postmoderna, por cierto). Calificaciones valorativas que son absolutamente relativas, desde luego. Ambas culminarán cruzándose en una especie de confrontado respeto mutuo que no tiene que ver con su condición de género. La fuerza de la furia. La dureza que permite sobrevivir en un medio hostil de por sí.
“Mientras el sueño disuelve la sala de mi departamento en una espiral borrosa que parece llevarse consigo el recuerdo preciso de tus rasgos, una palabra bailotea en mi cráneo:
Venganza.”
Esa será la motivación única de la robusta policía. Por ningún lado aparece la justicia o el servicio a la sociedad. La humanidad se sincera consigo misma.
“Con esta electrizante novela, Bernardo Fernández, Bef, mezcla lo más estrambótico de la cultura pop y la tradición de la novela negra, en la primera historia postnarco de la literatura mexicana. Hielo Negro obtuvo el primer Premio Grijalbo de Novela.” (en 2011) (Recomendación de la contraportada).
El mercado global se moderniza mediante el intento de la sustitución de las drogas “tradicionales” (coca y marihuana) por las metanfetaminas y los psicotrópicos de diseño para el mayor deleite… de los fabricantes y traficantes. La policía al acecho y enredada.
(Hielo Negro, Bernardo Fernández, Bef, Editorial Grijalbo, México, 2011)
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