Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2000

Opinólogo sin prensa

La irrupción ha sido fantasmagórica. Caótica. Acelerada. Invasiva.  Tomar fotografías era cosa de tener el instrumento específico adecuado para capturar la imágen en una película de acetato y que se mantuviera "negativa" -sin que le diera la luz- hasta el revelado. Aprendí más o menos a encuadrar y a enfocar con profundidad de campo, sin que el horizonte se me convirtiera en una rampa irreparable. A revelar, nunca, a pesar de mi deseo circundante. Los laboratorios de química siempre estuvieron, por alguna razón maligna, en pasillos distintos y distantes al de fotografía. La reflex Minolta sobrevive con todo y sus abolladuras. Su carrete frecuentaba más los rollos de 24 exposiciones (por razones presupuestales), aunque siempre se sentía mejor, como más importante, al portar el de 36. Cuando parecía que se iba definitivamente al museo privado, que no es más que el cajón de las nostalgias o el olvido sirvió para que Marga (ésta mi hija) la incorporara en su proceso práctico de a