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Mostrando entradas de agosto, 2012

Lluvia que llevas

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De lo que está hecha la vida sureña donde ni la mar se muestra. No se enseña. Es la vida sudorosa que se escurre a cuenta gotas por un palo de paleta. Se ensaña sin seña. Arrebato de palmeras. Desarreglos de liviandades. Destellos de estrellas. Lluvia antiséptica. La mar de la memoria. Que la lluvia se la lleve. Que la entregue. Que la lluvia la encamine. Que se olvide. Que la lluvia le de sol. Que el sol le arrope con alivio. Que el soplo de arena le abra los ojos. Que las plantas crezcan sin enojo. Que escape la inteligencia del cerrojo. Que las especias no se mojen. Que la cascara se seque. Que el jugo se concentre. Que el juego del centro sea el eje. Que no sufra desengaños en su empeño. Que la amargura se vaya de sus sueños. Que no le despierten las alertas. Que predomine el alma llena. Que los desaires no sean ventarrones. Que el aire limpio llegue por montones. Que el tiempo nunca se de cuenta.

Cagamonedas

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El vocablo más electrizante para los oídos de estos fanfarrones: dinero. No les llega como sonido gutural o voz humana: tintinea. Lenguaje ajeno al cazador, es de la presa. Tin, tin... ¡Ea! Vivir en el engaño. Todos los años. La mentira original es la madre secreta de la patética creencia. Acto de constricción acidulado. Marca de la casa. Toda la farsa. Tintinea.

Piedra rondante.

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- Diamante original... - ¿Original si en vez de joya se comporta como piedra? - ...su naturaleza. - ¿Seguro que no es artificial? - Diamante natural. Una pieza. - ¡Roca sintética! - De amante natural ¿que no se entiende? - No todo cristal carente de color es transparente. - De amante siempre. - Opaca frente al sol, brilla siniestra en la oscuridad de las cavernas. - Amante natural. - No sabe ser primera.

Ruta curva para viajeros que llegan

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Al final resultó ser un asunto de inteligencia. Superadas las tentaciones y el peso de los sentimientos, los sentimentalismos y las frías conveniencias. Inteligencia para entender la magnitud de los riesgos y las trampas. Para intuir los sutiles caminos útiles para evadirlos aunque fueran un largo recorrido para darles la vuelta. Peligros con demasiados costos a cuestas. Mayores que el silencio y las pausadas respuestas. Lo entendió mejor quién menos lo imaginaba. Quien de menos se espera. Lo entendió y actuó en consecuencia. Seguridad y paciencia. Nacimiento de una galaxia. Dispersión arbitraria de las nebulosas. Explosión y muerte de una vieja estrella coleteando veneno con la cauda extraviada de su desesperanza. ¿Quién soporta una conflagración como esa? No cualquiera. Valió la pena el inconveniente de navegar la suave y adormecedora penumbra del infinito obscuro. Sin comprensión y sin aliados sinceros. Soledad en la trinchera. Nadie habrá de esperar que el cocodrilo entienda de la

Urgidos de ausencia

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Cosas. Cositas minuciosas. Fatalidad que converge siniestra con otros azares. Sumando y trashumando se desenganchan los eslabones más vulnerables. Demenciales. Cadena de pendientes, colgantes, aretes de orejas ardientes. Cadena de arrastre rellena de magros deseos. Supremos desastres. Demenciales. ¿Por qué tantos y tantas se empeñan en desenchufarse, la víspera, las palpitaciones primarias? Vía rápida del cuerpo celeste: la mano propia para cumplirse el deseo. Magro desaseo. Capitulación desesperada. Destierro. Liberar el encierro. Fatalidad bañada en aroma de azahares. Ganar la jugada a los intermediarios molestos. Fatalidad inmediata extraída de las entrañas de la fatalidad universal. La inconmensurable. La ingrata. ¿Por qué no como los otros? ¿Por qué no esperar a que llegue? ¿Por qué no buscar, si se quiere, a toda carrera detrás de una metralleta, dentro de un saco de polvo o sumergidos en un barril de cerveza? Será por lo que no es. Aspiraciones intensas como prometidas y persist

El motor amoroso para el crimen - Javier Marías

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en vela

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Nadie puede vencer en las vencidas al insomnio cuando llega con su cauda de recuerdos majestuosos. La manera más insidiosa se arrebatarle la vida al sueño. ¿Puede haber otra? Una fiera mansa y desconsolada sin dueño. Como ese par de montañas mañosas que jugaban inocentes a ser escudo del sol sin que nadie se lo pidiera. El sol no necesita protección ajena; quien pretende cuidarse de él recurre a otro tipo de potestades. Verdadero venero de ojos sin parpadeo. Nadie puede vencerlo. El insomnio. Menos será si los recuerdos majestuosos se encuerdan con la tormenta mental de imaginar lo inimaginable: la entrega atroz de las convulsiones de su cuerpo reseco a los vaivenes de la resaca. La cruda de otras borracheras. De las nuevas. Necesidad de las adicciones. La peor manera de ser bella. Resequedad que busca desesperada la lluvia en medio del semi desierto. Granizo que nunca llega. Pomos llenos de buena crema que desesperan. Tormenta que se ha quedado lejos de su alcance para el regocijo de

Gobernar no es imponer el poder

Está ausente el ejercicio de la política. Su lugar lo ocupa el ejercicio compulsivo de la polémica. Quienes debieran privilegiar, promover y asegurar la estabilidad con respeto a la pluralidad han optado por crear confusión  y tensar lo ánimos entre los actores políticos, excluyendo de su agenda el diálogo, la inclusión y la confrontación de ideas. Tal parece que la única confrontación que les interesa es la destinada a eliminar  al otro . A ese  otro  que no piensa igual que ellos, que no se les subordina, que está dispuesto a establecer acuerdos pero con autonomía, que entiende la responsabilidad con la ciudadanía de manera diferente y que exige el respeto a sus derechos, individuales y colectivos, en la diversidad. Ese  otro  que bien puede ser ciudadano común, presidente municipal, empresario, dirigente político, periodista o líder social. Gobernar  es conducir, equilibrar, resolver. Respetar y hacer valer la ley. Pero estos personajes prefieren transitar por el concepto

El Luto Humano

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¿Qué se hace cuando quieres que una parte de tu lectura destaque y para eso tendrías que subrayar el libro completo? Recomendar la novela de inmediato. El caso en mención es una novela: El Luto Humano . Ya en otro lado he mencionado mi juvenil y primigenia relación con la obra de José Revuelta y con él mismo. Vínculo accidentado y casuístico. Estoy conmovido con la relectura de esta obra. Cimbrado de pies a cabeza. Desde que la estaba leyendo. Nadie que describe a su mundo de esta manera, su mundo más inmediato e íntimo pero universal a la vez, puede ser catalogado como panfletario. Rebelde será. Rebelde contra la simulación detrás de la rebeldía institucionalizada y burocrática. Como era Revueltas. Escrita en 1941-42, en pleno alemanismo consumador del capitalismo moderno. La revolución traicionada. Las revoluciones. Revolucionarios y cristeros se matan unos a otros por igual, purificándose en un salvajismo innato, sin aparente sentido. Hace exactamente 70 años fue escrita esta novel

Estar quisiera

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Estaba en todas partes del mundo y no estaba.  En ninguna estaba. ¿En dónde es, entonces, que estaba? Sólo con los títulos y con las portadas. Con los nombres de los prohombres y con los de las mujeres aladas. ¿En dónde estaba? Sabiendo con exactitud que existen los que existieron pero sin conocerlos. Sin sucumbir de hinojos ante los detalles de sus destrezas. Sin subir con humildad curiosa la cortina de la entrada para bajarla por dentro hasta que el telón se extinguiera. ¿Estaba? En el intermitente resplandor de la marquesina: farol de día que únicamente consume energía y no ilumina con certidumbre nada. ¿En dónde estaba?. Tuvieron que pasar frente a mis extraviados ojos las borrascosas montañas repletas de silencios para que entendiera que alguna ubicación hubiera. Silencios ruidosos rebosantes a borbotones de palabras eruditas y callejeras. Letras plasmadas en tinta indeleble y pegajosa. Palabras de las que no hay más. Todas. Casi todas. La palabra infinita. Multiplicada. Para esta

Rey de la intriga

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Caballo metido a gallo, dando de topes como borrego. Mamando y jodiendo. Su estilo personal es la falta absoluta de talento. De ave de corral a chancho silvestre: su notoriedad es la peste. Liderzaso de cantina. Botanero al manjar. Rico falso sin vientre. Morador originario de cuartos de alquiler. Constructor de castillos de arena para el futuro visitador de las celdas de colmena. Escalofa fitunera. Betún esclarecedor de la piel ajena. Los negros en la barrera. Antiácido universal. Reversible. Animal de arrastre con corbata y tirantes de madera. Cencerro para el balcón. Corazón de ixtle. Notoriedad en papel caldera. Domador de buitres, sus congéneres. Víctima de sí mismo sin saberlo. El establo lo espera con la primera flor de la próxima primavera.

Revueltas de vuelta

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La muerte estaba ahí, blanca, en la silla, con su rostro. El aire de campanas con fiebre, de penetrantes inyecciones, del alcohol quemado y arsénico, movíase como la llama de una vela con los golpes de aquella respiración última –y tan tierna, tan querida- que se oía. Que se oía: de un lado para otro, de uno a otro rincón, del mosquitero a las sábanas, del quinqué opaco a la vidriera gris, como un péndulo. La muerte estaba ahí en la silla. ¿Por qué me acuerdo de los Cronopios de Cortázar, de su Rayuela y no de El Luto Humano de Revueltas? No lo sé por más que intento. Recuerdo que fue una lectura obligada de la prepa. Una lectura de aquellas que pasaban por los clásicos griegos, los hispanos y por los latinos y los mexicanos que nos arraigaban en un intenso mundo cambiante al que había que salir a conquistar. Tuvimos quien nos lo enseñara. Lo hube leído pues, de eso estoy cierto, El Luto Humano al igual que Los Muros de Agua y Los Días Terrenales . Mas de José Revueltas puedo rememo

¿Bipolares o qué?

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La cabeza gacha. Síntoma del desconsuelo. Las caras pintadas reflejan la mueca dolorosa más cercana a la tragedia que al carnaval. En menos de una semana le han aboyado la ilusión de ser una potencia futbolera a la concurrencia. La salida masiva del estadio es pausada, sin tropel, en voz baja y casi en silencio. Apenas al medio tiempo las palmas batieron con furor y el grito al viento para vitorear a los héroes olímpicos. El Estadio Azteca semi lleno. Buena entrada cuando una hora antes del inicio parecía que la gente no llegaba. Predomina la verde en sus múltiples variantes. Todo es fiesta. El recuento de los goles de la olimpiada, en las pantallas gigantes, acrecienta la sensación colectiva de grandeza. La hazaña. ¡México campeón olímpico de futbol! Ahora sí nos llegó la hora. ¡Pásenle por aquí, gringos culeros, pa´que sepan lo que es canela! La gloria nacional transfigurada en gritos de guerra. Un brillante estratega de la logística del evento tiene la puntada de lanzar los fuegos

Ojos creyentes

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Un torrente de poderosa entereza cayó sobre mis párpados. Se desperezan y desafían al viento. Aletean juguetones como las batientes de una mariposa en desesperada huída. Evadiendo su frenético movimiento, sorteando la obstrucción de las pestañas, chispean los destellos de una luz imprecisa, ámbar nublado, ojo adentro. Poco a poco, el fragor del estímulo ígneo es irradiante, ilumina la pupila y aviva las carnosidades. El iris se contrae pausado cómo llenándose de credulidad. Convenciéndose. Se diluyen las nebulosas. Se disuelven los espectros fantasmales. Se enfoca la imagen. Ahora te veo. -¡Aquí estás! Silencio. -¿No eres tú? Silencio. Lo descubro. Lo entiendo. Es la imaginación que se mezcla mezquina con el sueño a ojo abierto. La ilusión y el deseo. La mente susurrando mordaz con su juego traicionero. Es la imagen inmóvil de una mosca gigante que me vigila con su infinidad de miradas, con sus patas azul brillante y su panza anaranjada. -Vemos lo que creemos. Silencio. -¿Dónde estás?

La recomienda

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-Me dan hueva. -Me conmueves. -¿Por qué? Ya todos me hartan. -Porque eres fiel a ti misma y eso me gusta. El problema, querida, es que el mismo mundo está que harta. -¿Entonces qué nos queda? -El hedonismo, el amor, el arte, el diván y las hojas sueltas. -¡Reír! -Buena síntesis. Me convence. -¿Y tú qué esperas?

Flor diva

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-¿Cuál es tu inventiva? - La flor de viento . -¡Habrá de ser! Y también una comitiva para el firmamento. Esa no es de tu creativa. La Flor del Viento es una papeleta, un títere del clima, una retahíla al soplo, un gallo sin canto, un faro de día para el horizonte abierto. -Estoy hablando de la flor de viento . Mi mejor invento. Tu memoria la confunde con una rosa, la Rosa de los Vientos. La mía es otra flor y no cualquiera. Es la inspiración, no un instrumento. -Un invento pasajero. -Un molino imaginario que destila pasiones y genera ideas. No es la lámpara de petróleo cuyo destello de luz te ciega. ¿Puedes entender eso?

Dulce de palanqueta

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Nena dulce de palanqueta. Extraño tu vista alegre succionando el humor de mis pensamientos. En el horror del peor de los misterios, castigo de miserables y anónimos profetas, estoy en el fango del asfalto batiente y no puedo verte. Extraño tu boca húmeda succionando la pasión de mis interiores. Tenerte. Despierto sintiendo tu vibración al calor, entre las sábanas de franela. La piel suave de tu pierna se levanta como el asta que ondea la bandera proclamando guerra. Se abre el surco de tu inconsciencia con un suave deslizamiento. El empuje de una invasión penetra en tu cerebro al compás de cada uno de los movimientos. Se tensan las cuerdas.  Tu debilidad más primitiva se te escapa, te delata, se te escurre lentamente para irme bañando hasta llegar a los vellos. Me empapa. Encuentro la campanilla del gozo con los dedos. La friego. La hago sonar con el ritmo acompasado de mi cuerpo completo, hasta el desfallecer de tus ojos dentro de un grito ahogado por el fuego, un ruego rabioso y exige

Piraña Power

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Seguir en esto de las pirañas power me distrae de los buenos desvelos. Las letras vagan entre letrinas acaudaladas en sus paredes con letreros repletos de promesas. Palacios de papel untados de verborrea: la deshonra sonora de las palabras sin ideas. No tienen escapatoria. Queda el lugar libre para los mecenas. Sólo los acomodos correctos del puntaje al azar reorientarán los vientos. ¿Cómo saberlo?  El escape tiene dudas y las deudas concedieron para la media huida. Eslabones de compromisos derivados de una cadena de sobregiros. Escondite de avestruz con la cola ardida.  ¿Quién puede vidriar mejor una locomotora? ¿Un camello ovalado o el pirata de la zorra? Milimétricos los cojones que dejan sin fortaleza a las idas y vueltas. Me quedo sin respuestas. El corsario camaleón y los espectros espiritufláuticos se anidan en los cerebros de las almas serenas. No es por erudición sino por hervores mentales gracias a la herbolaria: se meten humo de yerba mala en los pulmones y el cerebro los ha

El Club Dante

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Iba encarrerado a concluir esta extraordinaria novela, como a 90 páginas del final, cuando me puse a ver la película “El Cuervo, Guía para un asesino”, esa que estelariza John Cusack y que dirige James Mc Teigue, (el mismo de “V” de Vendetta). Un guión inteligente sobre los que pudieron ser los últimos días del escalofriante Edgar Allan Poe. Una casualidad afortunada. Pude darme cuenta de la similitud en la estructura básica con las que fueron construidas ambas historias: un asesino misterioso realizando sus crímenes con base en una guía que cree que le marca la obra de un escritor. En la película, son los propios cuentos de Poe, que cae atrapado en sus propios relatos. En la novela, los circulares castigos infernales de Dante Alighieri en su Divina Comedia. La ambientación histórica y territorial es la misma: el este de la Unión Americana a mediados del siglo XIX. Poe está en su propia época; Dante en una América que lo ignora y que empieza a conocerlo por sus efectos. Entramados exub

Los círculos del infierno

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De cuando uno se entera del tamaño del desacierto. O sea, del valor real de una baratija de fantasía.

El expertis de la cachora

Una muy cosa sería desposar a una puta redimida. La gloria. Una, muy otra, financiar su putería. Bufón de la señora. Besa basura hasta el amanecer. La disco y la rocola. Presta, fragorosos, movimientos ondulantes. Pecadora. Lo único que sabe hacer: joder.

La Chumina

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Debido a esos viajes extraviados de la mente, repentina llegó a mi cabeza la palabra “chumina”. Tras de ella arribó inmediata la sonrisa. La Chumina era una mula de carga en el pueblo sonorense de mi madre. No tuve el gusto, pero lo sé por reiteradas referencias y por una fotografía. Algunos años después, una vez trasladada la familia (grande como las de antes) a la ciudad, La Chumina fue el nombre dado a la perra guardiana de la casa. Me vagan recuerdos de infancia. Muchos, pero muchos años se ha guardado en el olvido y por alguna extraña razón he recordado ahora la palabra. Chumina. Curioso, primero ha llegado ella y después mis asociaciones en la memoria. Para mí no ha significado más que una palabra como indefinido nombre que identifica a un animal. Mula o perra. Voy a buscarla. En el tumba burros impreso no la encuentro, desde luego. En internet está la varianza estadística. En Guatemala, chumina es una palabra con doble sentido: quiere decir chamarra, chaqueta o rompevientos (chu

Aquella amiga lo sabía

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Afuera se apagó el cielo, suena el viento; será aguacero, no da para tormenta. Si el agua refresca, algo se irá lavando por las alcantarillas. Por cierto, ¿cómo se hace para aplacar una tormenta? Dirán que no se aplaca: se cierran puertas y ventanas y se sobre lleva. Después de la tormenta, la calma para hacer el recuento y la reconstrucción de los daños. No me digan eso. Esta tormenta debe desaparecer antes de que quieran ponerle nombre. No debe quedar registro en las clasificaciones. ¿Retrospectiva  terapéutica de taburete o borrón silencioso y cuenta nueva? No quiero algo que la enmascare sino que la disuelva. Como la lluvia. Pero la lluvia para este caso no sirve, es parte de las tormentas. ¿Acido tal vez?  ¿O potasa? ¿Alcohol o acetona? ¿Una bala? Se deja al plomo afuera; las limpiezas que sabe hacer no son para esta causa. ¿Cómo se apacigua una tormenta? Tal vez nadie lo pueda decir porque nadie sabe, bien a bien, con quién se mete hasta que le pasan la cuenta y, mucho menos, exp

Flor de agua

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Brotan emanaciones cristalinas, efluvios eléctricos, reflejos brillantes. La maduración de la madurez en una mirada. En la oscuridad de la tormenta es transparente la gota de agua. Astillas de coral se juntan hasta formar espejos frontales. La imagen nítida ataca a carcajadas por los costados, vista arriba. Se reproduce festiva al infinito, acapara la vista, la domina. La tarde se inclina, suspende la lluvia, florece una sonrisa.

Nuestras olimpiadas

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¡Ah! estos especímenes de la televisión a quienes llaman cronistas deportivos (creo que todavía así les dicen). Son unos embusteros. Afirman desvergonzados cosas totalmente diferentes a las que mis ojos registran. Y eso que los científicos dicen que ver es creer. Olimpiadas de Londres. Una competidora mexicana en el duelo de las patadas se enfrenta en eliminatoria a la española que es campeona mundial de su categoría. Dice el merolico en cuestión que será muy campeona pero la nuestra viene con mucho entusiasmo y muchas ganas, medalla de bronce en los Panamericanos de Guadalajara y va por todo (léase con grandes gritos de euforia). Además la española, muy experimentada, también ganó en la ronda anterior pero lo hizo a penitas y con dificultades, no se le vio tan bien. Hasta aquí llega. Me brinca en el cerebro el embuste y me choca la venta de ilusiones. No me cuadra la propia información que el gritón me está dando. Cuánta falta de seriedad y de sentido objetivo, pienso. Cuando menos de

Niña de piedra

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La nena ha hecho su parte. La mejor parte. No importa que la llamen morena o wera fea. Se rebela. Autóctona pero no de abolengo y aún así la quieren pasar por la piedra de los sacrificios como a cualquier princesa. - ¡Qué va!, lapidarla es lo que quisieran. Resiste con entereza, fiel a sí misma. Cargando cada día la vida como una enorme roca. Entre moles calcáreas y cabezas de piedra. La nena ha hecho su parte. No se quiebra, se respeta.  Justo es que sus dioses paganos le paguen la recompensa.

El brindis del ingenuo

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Cuando la vi caminando con la espalda erguida la supuse a mil años luz de distancia. Ilusión óptica sin equivocación: si estaba lejos pero venía rezagada. La confusión fue porque en la maña me la gana y por la ofuscación de la esperanza. Eso lo supe hasta muy luego. Me apresuré al abismo y se atrevió a acercarse, tocándome en el hombro. Se quedó para probarse. Reafirmarse. No para probarme, aunque así lo diga. Desquiciarme. La costumbre de incrementar su currículum de enlace. Personalidades. Subsistir en los demás. Gloria ajena con cama que envenena. En las buenas y en las buenas. El desenlace fue de previsión múltiple, menos para el involucrado. Solo yo que soy ingenuo creí haber tocado la distancia de la luz. Idiota de mi diciéndole al entorno: “aquí es donde conecta”. No era que brillara el sol, lo descubrí cuando finalmente abrí los ojos y pude ver que el foco estaba fundido. Lo apagó con un tiro certero que primero me atravesó la cabeza. Para cuando me di cuenta ya estaba en otra

Crear, vivir

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La creación, sea la creatividad individual, se desmarca de la decadencia como su mejor remedio. Compañeras posibles que si se encuentran se inhiben. Compañeras al fin. Transitan por rutas que yendo paralelas a veces se entrecruzan, chocan. La creación es el remedio, la decadencia la enfermedad. La segunda siempre se impone, a menos que todo se acabe en la cúspide de la creatividad. Así es como algunos imberbes, en medio de la locura, han pasado a ser sabios eternos sin haber acumulado sabiduría. Parecía que no lo sabían ¿Para qué pretender dar más allá de lo que se tiene? ¿Para consumir el aire del universo dando pena? Te doy lo que para ti tengo, mundo y me despido. Ignorantes locos o protosabios prematuros, da lo mismo. Pero una vez acumulada la decadencia, lo que queda es la sabiduría tardía, madura, o el silencio eterno. Lo primero es el delgado hilo de araña de la salvación, lo segundo la vergüenza. La propia que no ajena. ¿Y si la decadencia es sólo un engaño y la sabiduría una a

Despertar al ocaso

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¡Qué tarde! ¿Fuera de tiempo? Tarde. ¿Después de la hora? Nunca es tarde. ¿Dejar que llegue la noche? Depende si se aprovecha el sentido del viento. Tarde. Noche. Motivada vitalidad al extremo. ¿Tarde para despertar? Simulacro de temblor. Recuperar el cuerpo. ¿Es tarde? Nunca para el ocaso el temporal es mal movimiento. ¡Qué tarde!