PRECANDIDATOS, PROGRAMAS Y EDUCACIÓN

Si las deficiencias en la educación son parte importante del problema nacional, entonces la educación es la solución.
Y para que lo sea, debe formar parte de las prioridades de gobierno, reflejadas, desde luego, en el presupuesto. 
Pero antes de eso... 
la educación debería ser la prioridad de los propios planes y programas de quienes pretenden gobernar. Y de quienes están gobernando, desde luego.

Desgraciadamente, en México no es el caso. Nada más hay que ver para que lado andan las preocupaciones de partidos políticos, legisladores y gobiernos.

En el PAN-gobierno por ahí podemos ver al Secretario de Educación, Alonso Lujambio, placeándose en los medios de comunicación como uno de los aspirantes prematuros a la silla presidencial, ofreciendo sin rubor como cartas credenciales el escandaloso rezago educativo (documentado en trabajos serios a nivel nacional e internacional) y sin una propuesta útil y digna de levantar un suspiro de aliento y esperanza para las nuevas generaciones. 

Lo grotesco de esta exhibición pública solo ha sido superada, en ese lado del espectro político, por el panista histriónico por excelencia, amo y señor de la pantomima y la farsa: Diego Fernández de Cevallos. Acicaladito el corte de cabello por sus estilistas secuestradores y con las barbas de profeta, ya se apunta para ser el elector de su candidato; el factor de contrapeso de un Calderón entretenido en su militarizado desgaste. De la educación y del secretario del ramo no tiene por qué preocuparse. Y de la candidez de Santiago Creel, luego hablamos.

El PRI no parece quedarse atrás en la estridencia presidencialista. Ya se sienten de regreso. ¿Peña Nieto o alguno de los otros?. Lo más probable es que sea alguno de los otros. ¿O alguien piensa en serio que Manlio Fabio Beltrones se esmera con vehemencia en coordinar al Senado y en ser el alter ego de Calderón para que ahora sí le toque al heredero de los discípulos de Isidro Favela?. Por favor...! El espíritu de Gutierrez Barrios flamea incandescente en su propio discípulo.


Fue el PRI el que se encargó de empujar al país al salto mortal del desastre, desde el estatismo proteccionista hasta la economía restructuradora y el neoliberalismo, sin la red protectora de las políticas sociales propias de la socialdemocracia, mismas que permitieron en otros países amortiguar los efectos de la globalización y  de los cambios estructurales. En la euforia de un modernismo primermundista mal entendido y economicista, se olvidaron especialmente de  la educación moderna, condición necesaria para escalar en la economía del conocimiento. ¿Con que se han lavado la cara para pretender regresar?. Con puras viejas historias. Y con la incultura e ignorancia de los panistas, claro.

¿Y a la izquierda que tenemos?
Planes, muchos planes. El ejercicio de gobierno más completo que prefigura la oferta peculiar de gobernar del PRD se ha dado en el Distrito Federal. De Cárdenas y López Obrador primero, a Marcelo Ebrard ahora. La política social destaca; educación incluida. Pero no hay síntomas de que sea con la orientación y la profundidad necesarias para los nuevos desafíos. Todavía es un veremos que se complica a la hora de revisar cómo se están preparando los planes para ofrecerle a la nación: en los 10 Puntos para Transformar a México presentados al país por AMLO como sus ejes programáticos, ¡la educación no existe, no es prioridad!. Aquí están, chéquenle:

1. Rescatar al Estado y ponerlo al servicio del pueblo y de la nación.
2. Democratizar los medios masivos de comunicación.
3. Crear una nueva economía.
4. Combatir las prácticas monopólicas.
5. Abolir los privilegios fiscales.
6. Ejercer la política como imperativo ético y llevar a la práctica la austeridad republicana.
7. Fortalecer al sector energético.
8. Alcanzar la soberanía alimentaria.
9. Establecer el Estado de bienestar.
10. Promover una nueva corriente de pensamiento.


Corrección básica y necesaria si se pretende gobernar viendo hacia el futuro. Aunque el ajuste dependerá más de la acción social. Deberá venir de la demanda ciudadana.
De todos modos, precandidatos y candidatos a candidatos: si quieren gobernar para transformar a fondo, la educación es primero.





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