Si hubo relevo

Estaba visto que el acuerdo que podía evitar una fractura prematura en las filas del PRD era el que eventualmente establecieran las dos corrientes mayoritarias, Nueva Izquierda (NI) e Izquierda Democrática Nacional (IDN), los chuchos y los bejaranos. Y un acuerdo así tendría que ser encabezado por el candidato de Nueva Izquierda, tanto por la relación de Consejeros Nacionales de cada uno, como por los intereses y prioridades que les prevalecen. Tal como fue. El acuerdo permite a Jesús Zambrano acceder a la Presidencia Nacional, manteniéndola para NI y Dolores Padierna, a pesar de sus reiteradas declaraciones de que no lo haría, aceptó ocupar la Secretaría General, como lo establece el estatuto, por haber encabezado a la segunda fuerza en la contienda.
Aunque deseable, yo lo creía el escenario menos probable en esta coyuntura, en el entendido de que en el relevo de Jesús Ortega estaría jugándose la proclividad perredista hacia AMLO o Ebrard de la candidatura presidencial para el año próximo, asunto de suyo muy polarizado desde la solicitud (no estatutaria) del primero para retirarse temporalmente de su militancia en el partido.

Este acuerdo, que permite al PRD dar de cara a la sociedad la imagen de mantenerse unificado, es en extremo frágil e inestable. Ni Zambrano y NI quieren a AMLO de candidato presidencial, ni AMLO quiere a los Chuchos dirigiendo al partido en las elecciones del 2012, ni Padierna pretende quedarse en la Secretaría General. 

Un mal acuerdo hoy fue preferible al mejor de los pleitos que hubiera desgarrado al PRD. Ello puede explicarse básicamente por tres razones:

1. Predomina entre la militancia, los dirigentes del partido y las cabezas de las corrientes el espíritu de cuerpo a pesar de las presiones y las amenazas del gran señor. Históricamente, los diferentes grupos internos se puedrán medio matar políticamente, en público y en privado, pero nunca se harán daño. Así es como el PRD funciona. Así es como ha prevalecido a pesar de los augurios de catástrofe: moviendo constantemente sus puntos de equilibrio, pero siempre equilibrado por la permanencia de sus partes. Y eso lo saben todos. En una ruptura todos pierde y el que se mueve no sale...

2. Las definiciones estratégicas para este período se trasladaron hacia lo que acontezca en el Edomex. Dependerá de que resultado arroja la consulta para una eventual alianza electoral con el PAN. Si el resultado es el ¡NO!, se  fortalece la posición de AMLO y ello significaría un cambio interno de la relación de fuerzas, no sólo para asegurar su candidatura presidencial sino, incluso para intentar un nuevo relevo que coloque en el partido a alguien proclive a sus posiciones. Si el resultado es por el ¡SI!, todavía habría ocasión para evitar que la alianza se formalice en los hechos por alguna maniobra política, o legal o, en caso de hacerse, para esperar que electoralmente sea un fracaso. Es de esperarse que los opositores a la misma, quienes ahora no pudieron hacerse de la presidencia del partido, se van a volcar con todo, territorialmente, para propiciar el ¡NO!. Esa será la arena inmediata de la confrontación interna. De ser la alianza un hecho y un éxito, ya lo hemos dicho, la candidatura de AMLO se vira prescindible. De lo que resulte estará el partido dependiendo.

3. La Morena no está lista. El Movimiento Regeneración Nacional de AMLO está ahí, pero le falta cuajar territorial y orgánicamente para ser un partido sin registro. Tiene líder, pero falta terminar de amarrar hilos. Tiene registro con el PT y con Convergencia, pero faltan algunos ajustes. Simultáneamente al Consejo Nacional electivo del PRD el movimiento fue convocado para que AMLO presentara sus nuevas propuestas a la nación y ahí advirtió: la Morena participará en las elecciones del año próximo, con el líder que ya tiene y bajo cualquier circunstancia. Es decir, con el PRD o sin él. Para eso se está preparando.

Así, con todo y lo formal que tiene la elección del Consejo Nacional del fin de semana el resultado no deja de ser indicativo, inestable. Los acomodos y las definiciones de fondo rumbo al 2012 aún están por venir.

Finalmente sólo anotemos: Marcelo juega. El apoyo de casi medio centenar de Consejeros Nacionales para su candidato Armando Ríos Pinter (aunque hayan sido negociados con algunas de las corrientes proclives a su candidatura), le permitió mantenerse al margen del conflicto directo entre las corrientes y con ello podría estar consolidando una fuerza partidista propia y nada despreciable que hasta ahora no tenía. En la siguiente vuelta lo veremos, a pesar de las presiones de López Obrador.

La moneda cae y vuelve al aire.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”