Venerar al verdugo

La mano que mece la cuna
Quintana Roo tiene a partir del 5 de abril a un nuevo y joven gobernador con chapa de vieja escuela. Muy joven. Uno más de los jóvenes que están imponiendo la moda de ser políticamente anticuados. Si en los años cuarenta del siglo pasado el oficialismo tuvo en Miguel Alemán al "cachorro de la revolución", los priistas postmodernistas tienen hoy en Peña Nieto, Roberto Borge, Rodrigo Medina y otros, a los cachorros de la involución (jurásica). Son la cara maquillada del dinosaurio que intenta restaurar el viejo régimen.

El joven gobernador apuesta fuerte en la política nacional. Corre los riesgos de placearse y apoyar a Peña Nieto, prematuro aspirante a una candidatura aparentemente "imparable". Desde su deslegitimada elección hasta su toma de posesión se dedicó al activismo electoral con su partido en los estados en donde pudo. Inmediatamente después de asumir el cargo su primer acto político relevante fue trasladarse al Estado de México para apersonarse con el candidato priísta de la localidad. Si la jugada resulta el futuro es luminoso: la gubernatura será apenas un ensayo general de las glorias por venir.

Y pensando que así lo pueden conseguir los muchachos escogieron padrino. El mismo día de su llegada al gobierno Borge se dejo ver, políticamente, de cuerpo entero: los invitados especiales fueron Enrique Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari. Juntos. La mano que mece la cuna.
Festejo anticipado

Sus plumas afines registraron el hecho con el candor salamero de quienes creen que están solos en el tablero político. "A esta mancuerna nadie la para", dicen. Como si en su propia casa ya tuvieran todo arreglado, dispuesto. Como si el país ya fuera suyo. Como si se tratara sólo de esperar los tiempos. Es más, en el desborde de la emoción ya empezaron "el festejo del 2012".

Moverían a risa si no fuera macabro el grado de irresponsabilidad con el que están actuando. ¿En que punto quieren restaurar su memorable régimen? ¿En el que inició el desastre nacional con Salinas? ¿Es éste el héroe que veneran los priístas quintanarroenses que se toman la foto con "el hombre con mayor poder en México"?.

Patéticos los priístas peninsulares desmemoriados que algún día perdieron a su partido, luego a su candidato y finalmente la Presidencia gracias, de manera especial, a su héroe de hoy. Veneran al verdugo para deshonra de la casa. Lo estaremos viendo.

... y sin embargo se mueve.

De aquí a la definición de las candidaturas falta mucho. Para las elecciones otro poco. Demasiado adelantar vísperas. Falta por ver, por ejemplo, a los priístas arreglando sus propias cuentas. En esa gran familia (como en todas) hay de parientes a parientes y no todos se tienen el cariño que se derrochó en Chetumal.

Dice la pluma golosa que relató el aquelarre priísta que "llegaron todos", pero no dejó de notar que "alguien notó la ausencia de Manlio Fabio, quien parece zopilote sobre Peña Nieto...". Entonces si estaban todos, pero los que debían estar.

¡Ah, que bonita familia!. Será conmovedor ver como se divierten regalándose afecto para adjudicarse un botín que ya creen tener en la alforja.


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