PRD: para que hacerlo fácil si puede ser difícil

El Tribunal Federal Electoral resolvió mandatar al PRD a renovar la composición de los órganos de dirección que tienen vencidas sus vigencias, tanto a nivel nacional, estatal como municipal. Con ello deja sin efecto los acuerdos tomados en el Noveno Pleno Extraordinario del VII Consejo Nacional y en el XIII Congreso Nacional Extraordinario en lo relativo a la "Ruta Crítica Nacional" que pretendía mantener a las actuales instancias de dirección hasta finales del año próximo, una vez transcurrido el proceso electoral del 2012. Ahora, el plazo para cumplir con esa obligación deberá concluir a más tardar el próximo 15 de noviembre.

Esta resolución de cumplimiento obligatorio genera un cambio drástico en las condiciones inmediatas de la vida interna del partido, justo de frente a las contiendas electorales federal y de varias entidades que están en puerta. El PRD deberá realizar con marchas forzadas lo que se debió hacer con tiempo, forma, legalidad y voluntad política desde que se aprobaron los cambios estatutarios en el llamado "Congreso Nacional Refundacional" de diciembre del 2009. Se confirma aquella máxima socarrona del partido que dibuja completa esa especie de vocación por complicarse la vida: "para que hacerlo fácil si puede ser difícil".

Lo primero que hay que decir ante el previsible desgaste por la lucha interna que se pudiera venir es que la responsabilidad está en quienes dejaron correr los tiempos y los hechos con la deliberada intensión de mantener a los órganos de decisión del partido con una composición que seguramente ya no representa la relación de fuerzas entre la militancia. Sabedora de los riesgos que se corrían por las torceduras legales y de la fragilidad de la propuesta para tratar de regularizar lo irregular mediante el Congreso Nacional (¿confiando en alguna negociación tal vez?), la mayoría de la dirección se jugó la apuesta extrema retando en tono de soberbia: "no hay marcha atrás, que los tribunales nos obliguen". Quienes así actuaron parecen haber pensado que con hechos consumados, un poco de picardía legaloide y habilidad en la maniobra cabildera podrían burlar la letra de la norma que instruye a cambiar las representaciones internas cada tres años. 

El objetivo evidente: adjudicarse a su favor las decisiones y las candidaturas para el próximo año. ¿Qué mas?. Pero como el fin no justifica los medios, TRIFE obliga.

Es absurdo entonces, y fuera de todo contexto, que se pretenda culpar y tildar de "traidores" a quienes demandaron hacer cumplir la legalidad, el valor del estatuto y con ello los derechos políticos de los miembros del partido. Por el contrario, a pesar de los presumibles costos, le han hecho un favor a la democracia interna y a la imagen pública del partido. Bien se dice: no ayuda en nada ser farol de la calle y oscuridad dentro de casa.

Y ya encaminados, ¿que tal si en vez del encono y la sangría interna por las "posiciones", se aprovecha la oportunidad para sentar nuevas bases para la refundación que aún no ha sido posible? 

A sus 22 años, el partido se encuentra a medio camino entre el agrupamiento de los componentes políticos diversos que le dieron vida y el enraizamiento social y electoral organizado en los territorios de base distritales. Ello sucede en momentos en que el país enfrenta graves retos que ponen en entredicho su viabilidad pacífica, republicana y democrática.

Las soluciones de largo plazo para los temas más críticos deberán ser producto de un acuerdo nacional multifactorial, pero con una elección presidencial de por medio, después de la cerrazón y del fracaso rotundo de la derecha panista, y frente a la pretención del PRI por restablecer su hegemonía, no hay oportunidad para medias tintas ni para posiciones ambiguas. Privilegiar uniones electorales que no necesariamente suman y que no ofrecen una propuesta coincidente genera el riesgo para el PRD de quedar desdibujado políticamente y borrado electoralmente como interlocutor con perfil propio. Hay que ir por el país para anclar (que no aislar) al partido en la izquierda democrática con una propuesta muy clara para la solución profunda de los grandes y agobiantes problemas de las mayorías nacionales. 

Visto así, el nuevo reto interno pudiera ser la ocasión para ensayar un gran acuerdo incluyente, representativo, con procedimientos democráticos, que permita al PRD resolver lo mandatado por el tribunal y salir fortalecidos internamente rumbo a las elecciones del 2012. Es razón básica de sobrevivencia no subordinada.


Comentarios

Entradas populares de este blog

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

Sobre el dinosaurio camaleón

No hubo “corcholatas”