Aprendiz de meteorólogo

Se llamó Rina aunque era un huracán. Llegó ayer desinflado, degradado. Se presentó a la media noche en calidad de tormenta tropical. Pasó de rachas de viento de más de 165 km/h a menos de 100. Sus efectos fueron muy menores a los que presagiaban los más exitados tuiteros y el juego de colores de los comunicados oficiales.

No a todo nos fue igual, desde luego. También para las veleidades del clima existen las clases sociales. Hay quienes por todo cobijo tuvieron una palapa. ¿Sobra decirlo? Que se sepa, no hubo victimas humanas.
Los que dicen que saben, avisaron que el meteoro venía muy cargado de agua, pero a la mera hora ni siquiera se mojó el tapete de la entrada de la casa. Esa es mi señal climática.

En contraste, tuvimos (entonces fue tuvimos) más afectación física y material con los aguaceros caídos hace casi dos semanas. En esa ocasión el tapete no sólo se empapó sino que fue insuficiente para evitar que el agua silenciosa filtrara bajo puerta. La misma que encontró un par de rutas más para hacerse presente en el interior de la vivienda.

Ese fin de semana llovió tupido sin el menor aviso. Aguaceros sin nombre. Nadie nos advirtió de nada, ni para checar, como ahora, los reportes meteorológicos. Nada. Solo llovió lo suficiente durante dos días para que casas y calles entraran en un pequeño caos.

Rina fue, por tanto, el pretexto para un caribeño show. Reportes y advertencias oficiales a cada rato. Compras de pánico. Medios de comunicación, intensos hasta quedar afónicos, haciendo el juego. Sopla el viento y poco agua. Mucha saliva.

Cuales merolicos profesionales, los replicadores de la cruzada oficial parecían machacar: El gobernador reporta que va a llover - ¡Brujo!-. El gobernador advierte que el agua moja – Científicamente comprobado- . El señor gobernador les pide que si no les gusta mojarse mejor se queden en sus casas -¿Y quién quiere andar de vago con el clima así?-.

Las autoridades se reunieron a cada rato en los inútiles comité de prevención para saludarse, aplaudirse y hacerse sus propios cuentos. Cosa de escucharlos por la radio. Luego hacen sus recorridos por los pocos refugios que están listos, porque por los otros no conviene.

No había terminado de amanecer hoy cuando ya estaba cocinada la noticia del día: “Las autoridades ya formaron el primer comité de evaluación”. Y yo que sigo creyendo que su función es resolver problemas en vez de andar en interminables reuniones para anunciar que harán lo que no hacen. ¡Ay Napoleón!, tanto que recomendabas formar una comisión para hacer que las cosas no funcionen.

De no haber sido por el corte de energía eléctrica en el sector de casa, diría que no hubo mayor repercusión de Rina. Dicen que eso ya tiene frustrados y de malas a algunos de alto nivel.

El cortón de luz me cayó en lo mero mejor del desenlace del sexto juego de beisbol de las grandes ligas. La mal llamada “serie mundial”. Al final hubo quien me lo reseñara a teclasos por el mess del BB.

Habrá séptimo juego hoy. Espero que no se atraviese otra lluvia que arrastre, con la luz, las necedades de los importantes  y de sus vociferantes merolicos.

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