Demócratas de barandilla

No identifico en la declaración alguna denuncia o información precisa que permita suponer que el resultado de la elección le fue adverso por las malas artes de alguien o por deficiencias inaceptables en el proceso. Algo que amerite y justifique la posibilidad de cuestionar y revertir el resultado.

Al contrario, el candidato a consejero nacional por el PRD, Antonio Meckler ha dicho a los medios de comunicación que la elección interna del pasado 23 de octubre fue aceptable y muy concurrida.

Así lo dice, textual, la prensa: Explicó que tan solo entre Gregorio Sánchez y él alcanzaron (a) sumar 12 mil votos “eso me da gusto que tengamos tanto perredistas y que tanta gente participe”. ...Calificó las elecciones como un proceso “muy satisfecho” (sic).  "...El proceso fue un buen proceso, muy participativo en el que más votos ha habido, eso me da mucho gusto que la gente perredista está creciendo”.
  
Y acto seguido, de repente, contradictorio, viniendo de la nada, suelta contundente: “Faltan las impugnaciones, les garantizo que Gregorio no va a ganar. Ahorita tenemos diferencias por un aproximado de 440 votos le voy a bajar por lo menos mil 200 votos”. "Voy a revertir el resultado"

¿Está diciendo que perdió de manera oscura en una elección que reconoce transparente? ¿Sólo él? ¿Como es eso?

No dice, pues, que los resultados estén mal. Que estén truqueados. Que sean ilegales o ilegítimos. Asegura solamente que los que no le favorecen los hará aparecer a su favor. Que los va a revertir. Así, como el Magazo a punto de sacar del sombrero tortuga por liebre.

La advertencia en tono de amenaza que profiere el también diputado local parece mas bien el reto auto impuesto de quien necesita demostrarse a sí mismo que sus habilidades impugnadoras son muy superiores a las de los demás. Tan buenas que podrán transmutar su derrota legítima en un triunfo legal y habrá de ser aplaudido por ello.

Se reconoce a todo un aventurero de los tribunales al atreverse a garantizar públicamente que lo va a lograr. Lo que también debería de garantizar es que él solito pagará los costos políticos de la aventura.


De demócratas electorales sabemos cuando a la hora de competir aceptan ganar o perder.

En elecciones tan complejas organizadas por no profesionales como es el caso de las internas del PRD no es difícil encontrar fisuras legales y normativas susceptibles de utilizar para cuestionar el proceso mismo. Todo. Por eso en su ponderación también la voluntad política participa. La ética incluso.

Pero es historia conocida en el partido que fervorosos impugnadores compulsivos aparecen en cada elección interna con su manual bajo bajo el brazo, agitados con el grito sordo de "impugna que algo sacarás". Profesionales, estos sí, del  muñequeo jurídico, del manazo a palmo de litigio, de la torcedura en papeles de la voluntad mayoritaria. Auténticos demócratas de barandilla.

Sabremos si esta vez los dejan hacer su numerito ante el plazo fatal del 15 de noviembre. O si completo el esfuerzo partidario (con todo y sus asegunes) se va por la coladera.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”