Los hackers también tienen huesos

Los vengadores anónimos no amenazan. Actúan. Se les conoce por los hechos no por las advertencias. Cuando advierten fracasan. Así, por una imprudente advertencia, cayó el vengador de los católicos británicos Guy Fawkes frente los injustos protestantes. Terminó en la horca. Descuartizado. Lo convirtieron en su Judas festivo, quemable cada 5 de noviembre en la Noche de la Hoguera (Bonfire Night).

Se cumplen 406 años de aquellos hechos y nuevamente habrá hogueras y fuegos artificiales en Britania. Quemarán a sus Judas de hoy. Mientras por aquí los nuevos Fawkes a la mexicana, dinamiteros de la red, amenazaron con que, conmemorando la fecha, irían contra los zetas: difundirían nombres de sus miembros y de sus complicidades. Los pararon en seco. Más tardaron en preparar el video amenazador que en desdecirse hasta nuevo aviso.

Los Anonymous autóctonos tuvieron que dar marcha atrás. Actores en el mundo binario, han estado ocultos detrás de la imagen de un justiciero de historieta con rostro de película, la V de vendetta. Misteriosamente uno de los suyos fue plagiado por miembros del cártel. De ahí se derivó la ocurrente advertencia. Imprudente. En respuesta tridimensional les regresaron al secuestrado, dicen que “magullado” a golpes y cargado de muertes potenciales. Fin de la ocurrencia.

Los “V” deberán comprender que, por hacerle al anti-héroe, innecesariamente se están deslizando del mundo virtual a ser carne molida en el mundo real. Podrían estar echando a perder otras batallas cibernéticas que bien valen la pena. De capacidad para ellas ya han dado muestras.

Entre la v y la z están, desde luego, la web y el plano bidimensional x-y. Pero es el eje de la z, que cruza transversal, el que da dimensión. La sangre y los huesos tienen volumen.


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