EL AMANTE DE JANIS JOPLIN

Por: ARMANDO TIBURCIO ROBLES

La Janis, esa bruja blanca que seduce con la voz tenebrosa. La Janis exportando los estragos de sus correrías nocturnas y callejeras hasta la mismísima Sinaloa. Historia donde la vida, fiel a sí misma, es circunstancia. Donde la vida es las reacciones intuitivas, a veces desesperadas, para poder sobrevivir. Donde la vida es las decisiones que se toman. Pedazo de historias íntimas donde la vida es muy cabrona para los inelegibles. Donde las desventajosas relaciones de autoridad y de poder se resuelven, sin héroes, con medidas extremas. Donde ser mexicano te cuesta huevo y ovario. Donde la vida es lo que es, lo que sucede. Punto. Y se tolera gracias a las ilusiones.

¡Ah, Janis, Janis, eres toda ilusión! Eres preferible, mil veces, a la efímera gloria de ser el pitcher estrella de los Dodgers. ¿Cómo se te ocurre dejar de cantar y convertirte en cenizas dejando viudo prematuro a tu sinaloense amante furtivo? ¿Al más sensible de todos? ¿Al tirapiedras más ignorante? ¿Al que no es guerrillero ni narco ni pelotero pero es todos a la vez? ¿A tu víctima de los ocho minutos de amor más intenso; los que son para siempre?.

Escritura corridita. Relato fluido, lineal, cronológico y coloquial. Sin rayitas. Con muchos diálogos pero sin las rayitas. Divertida. Dramática. Testimonial sin panfleto. Aquellos años setenta... ¡Excelente!

Historia donde la vida se encaja en el espinazo a chingadazos.

La vida misma, pues, vatos.


EL AMANTE DE JANIS JOPLIN - Elmer Mendoza
(febrero 20, 2012)

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