Si el Dr. Freud estuviera

Con quien menos se lo hubiera imaginado. Ardor inflamante. Nocturno. Vapor mental placentero. Despertar desconcertante.
¡Con quien menos se lo hubiera imaginado!. Vaya disparate.
Aunque haya sido un dislate, el Bandolero de la Suerte había alcanzado, treintaycuántos años después, el sueño de sus sueños. Tan real y tan temido. Tan abrupto y palpable. Tan su conquista-no conquista aquella. Fantasma fuera del recuerdo. Regreso reconfortante.
La artista cayó frente a sus deseos muertos emergiendo desde el fondo de su conciencia. Conquistable. Aquella que ascendió a los tablados con la palabra salvadora. La que encendió con su nombre centellantes marquesinas. Seductora de la patria. Fama nacional efímera. La suya que no fue suya. Serpiente encantadora. Estrujable. Conquistadora. Como siempre extravagante.
Sueño imposible que fue posible en sueño. Cercana. Íntima. Palpitante.
Quedaría bajo resguardo como uno de los recuerdos eróticos más intensos de su vida.
¿Recuerdo? ¿Es así?. ¿Que no fue sólo ilusión? Esta confundiendo deseos con realidad.
¿Que esta atesorando en su cerebro? Se está mintiendo.
¿Lo que no fue, si fue? Se está engañando solo.
¿Recuerdo comprobable, buen sueño o enferma memoria?
¡La gloria!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”