De algodón vírgen

Se queda sola la oración cuando vaga por la desobediencia. Paciencia. Meta sólo hay una: la que mata. Acaba por hornear las sobras de una cabeza rodando por el abismo. ¡Qué cinismo!. El mechón de las axilas de un ángel. La furia de su hambre. Bravata. El rencor de su sexo fruncido. El elegido. ¿Cuál es la caricia que más le conviene? La que viene. ¿Y si se viene? Sombras habrá, como las que provoca su ausencia. Manos y masa. Se caen los rayos en silencio para merecer el suplicio. Tramposa insignia del orangután. Tatuaje seductor. La cola se esconde antes de que la pisen. Una simple caricia íntima sin malicia. Deseo. Celos. Brindis al bajar. Ahogo hasta perder el habla. Lengua escalda. ¿Puede chiflar? Codicia. Lo redondo gira, pero cuando vale nunca se sostiene sólo. Troncos para marchitar. Con las alas que no tengas abanica la brisa. 

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