LUCES DE HOLLYWOOD

Por: ARMANDO TIBURCIO ROBLES

1938. Una aspirante a actriz famosa se suicida. No pasa de ser una ocasional extra. Sin empleo y desesperada cae en la tentación de robar. Es hecha presa y no lo tolera. Su amiga Mona afirma que las culpables son las revistas de cine. Las verdaderas asesinas por atiborrar de falsas ilusiones a los incautos. Como ella misma. Los que al final son la mayoría. Porque son muy pocos los que llegan al cielo. Las estrellas.

El filtro de los intereses y del dinero. La tiranía de las relaciones, de los sindicatos y las mafias (que la novela solo insinúa). Frente a esta trituradora de esperanzas, violencia institucional, hay poco que hacer. ¿Significa eso que no hay que luchar? ¿Que no vale la pena intentarlo?

Que responda el protagonista. Sólo sé que el título original que la novela en inglés lleva es I should have stayed home.

La novela es directa. Sin exceso de descripciones pero no falta de ellas. Cronológica. Expone un mundo  nuevo en el que no caben moralidades, desprecios a las celebridades o desafíos al poder. Racista. Excluyente y criminal sin un disparo. Sin más muertos-muertos, sólo vivientes. Sin borbotones de sangre. Con suficiente violencia ambiental, sutil, como música de centro comercial programada para partir el alma. Contundente. Historia negra.

LUCES DE HOLLYWOOD - Horace McCoy
(abril 7, 2012)

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