Josefina, ni muerta ni de parranda
La caída en las tendencias electorales de
Josefina Vázquez Mota en las semanas anteriores y las subsecuentes incitaciones
para que decline en favor de López Obrador o para que sus simpatizantes le otorguen a éste el voto útil, parecen
haber acicateado a los asesores y estrategas de campaña del PAN. Han recompuesto la
presencia, el manejo y el discurso de la candidata, lo cual fue notorio en su
visita a la Ibero por donde paso sin mayor problema a pesar del desaguisado
ofensivo que previamente le había hecho a la institución y a su gente. Sortearon sin costos electorales el tercer aniversario del incendio de la Guardería ABC sacando a Molinar Horcasitas del
equipo de campaña, y han manejado con firmeza y prudencia tanto la adhesión de
ex panistas a EPN (Manuel Espino y otros) así como las declaraciones provocadoras
de Fox.
A la vez, han redireccionado su esquema de confrontación, intensificando los ataques y la guerra sucia contra
AMLO para evitar que se despegue, sin soltar la presión contra el priísta, dejando
correr el movimiento juvenil anti EPN apostando a que pueden ser ellos quienes, eventualmente, lo capitalicen. La
estrategia parece lógica y seccionada aunque hay quien quiere ver una “confabulación
PRIAN” contra el tabasqueño. Peña, por su parte, afirma que van todos
contra él. En realidad, en el todos contra todos, el esquema del PAN es tratar
de bajar al adelantado (dificultándole que sólo administre lo que considera una cómoda ventaja) pero sobre todo evitar que el cercano
crezca más, que las tendencias se tercien o, peor aún, que Josefina se caiga a un lejano tercer lugar. Habremos de ver a una Josefina más agresiva, concentrada principalmente en golpear a
AMLO, en el segundo debate del cual dice no
es su última oportunidad.
Y sabe de lo que habla porque la otra línea de acción panista sigue corriendo por el carril de las políticas del gobierno
federal que juega con los temas de la agenda electoral. A la vez que Calderón -siguiendo el viento de
la demanda social por la democratización de los medios- exige que los medios de
comunicación se comporten de manera responsable, aparecen en la prensa
extranjera las evidencias documentales demoledoras de la confabulación
comercial y política de Fox con Televisa, por un lado, para detener a AMLO en
2006, y de Peña Nieto con Televisa, por el otro, para inventar al mexiquense
como candidato puntero a la Presidencia en 2012. Esa información filtrada sólo pudo haber surgido de la
investigación, el espionaje y el manipuleo desde los más altos niveles del
poder. Al puntero artificial le están pinchando los globos de helio que lo sostienen. Carambola de varias bandas que se junta con la reciente resolución de
abrir nuevas concesiones para radio y televisión. Estas acciones buscan “poner
a pensar” a los dueños de los grandes consorcios mediáticos y forzarlos a un cambio de actitud, de prioridades
y de alianzas. Veremos cómo reaccionan.
Los otros golpes espectaculares que está
construyendo el panismo desde el gobierno tienen que ver con el combate al crimen organizado. Con
acusaciones fundadas o no, pero de alto impacto publicitario, se ha incriminado y perseguido judicialmente a cuatro generales, dos ex gobernadores (uno PRI y uno PRD) y, más
recientemente, dos llamados jueces del
narco. Servidores de la sociedad todos. Limpieza quirúrgica de un gobierno
que se promociona atacando a la
corrupción y que lanza una advertencia para quien quiera entenderla. La
otra vertiente del mismo tema es seguir cerrándole el cerco al Chapo Guzmán: hace
unas semanas se lanzó una intensa ofensiva militar en Sinaloa anunciada contra
el Cártel del Pacífico, misma que continúa, esperando el momento de su
difusión. Y ahora aparece un golpe directo al mencionado personaje con la
incriminación de involucramiento en ilícitos por parte de la justicia
norteamericana, dirigida en contra de su esposa y su hijo, yendo contra sus propiedades,
cuentas y tratando de paralizar a sus aliados. La prenda de cambio que obtuvo
el gobierno norteamericano por ese trabajito fue la decisión tomada el mismo día, por el gobierno mexicano, de extraditar a la llamada Reina de Pacífico, Sandra Avila Beltrán.
En un concierto de acciones que guardan
relación entre sí, el panismo se juega, ahí sí, sus últimas cartas, cuyas
acciones pudieran culminar con la detención o muerte del Chapo. No está claro si aún con
eso les habrá de alcanzar para ganar la elección, pero la estrategia parece ser
clara: eliminar la idea preconcebida de que ya hay un ganador, mejorar la percepción
pública sobre el gobierno para inducir la continuidad, recomponer las alianzas
con los factores de poder, neutralizar a la oposición dura y tratar de ganar la
competencia. De no lograrlo en el tiempo que queda, el objetivo es cerrar la contienda al
máximo, evitando caerse hasta el tercer lugar. La clave está, entonces, en
sacudirse ahora a AMLO con cualquier medio y costo. Si este escenario se prefigura hacia final de la campaña, serán ellos quienes estén pidiendo el voto útil de los
inquietos y activos anti EPN a favor
de Josefina.
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