Todos ponen

Hay muchas creaciones como para darle concesiones a la hueva con crema. No se detienen. El mundanal de gente se multiplica, la necesidad de expresión es inherente entre más montones y los medios de comunicación todo lo difuminan. Agobian

Para soltar las cosas tal como se vienen a la mente ya hay mucho caminado. Fluye lo que se conoce, lo que se quiere y las emociones de lo que se acumula. Hay saturación de todos los corajes. Necesidades múltiples para decir basta. Voluntad para inventar. Para distorsionar. Demostrar que la normalidad no existe; que los parámetros sociales son temporales. Más bien intemporales. Que si alguna vez lo hubo, se acabó lo homogéneo.

Los jóvenes descubren que el mundo no es como se los platicamos. Como no lo era cuando creíamos que lo íbamos inventando. Hay mucho coraje personal acumulado frente a los intentos absurdos de homogeneidad mediática que nada tienen que ver con las fibras intimas que van mutando con las nuevas reglas parcializadas del conocimiento. Reglas universales del desorden y del cáos. De la anarquía con los favoritismos del autogobierno.

No se puede detener la creatividad. Los creadores se niegan desde la creación del universo. La ciencia da las formas de generar y acumular la energía. Aunque sea en una vela. Todos disfrutamos el goloso placer de desgastarla antes de que ella nos consuma sin eficacia. ¿Cuantas energías se han ido al hoyo y al polvo sin poder emanar su propias manías? ¿Cuanta cera inútil? ¿Cuánta flama? Que así no descienda la mía.

Siga por sus laberintos la fiesta de la vida. La ocurrencia burbujea. De la malaria al pincel, de la pluma a la daga, de la guitarra al AK-45, de la trinchera a la cama; todos juegan.