El Club Dante


Iba encarrerado a concluir esta extraordinaria novela, como a 90 páginas del final, cuando me puse a ver la película “El Cuervo, Guía para un asesino”, esa que estelariza John Cusack y que dirige James Mc Teigue, (el mismo de “V” de Vendetta). Un guión inteligente sobre los que pudieron ser los últimos días del escalofriante Edgar Allan Poe.

Una casualidad afortunada.

Pude darme cuenta de la similitud en la estructura básica con las que fueron construidas ambas historias: un asesino misterioso realizando sus crímenes con base en una guía que cree que le marca la obra de un escritor. En la película, son los propios cuentos de Poe, que cae atrapado en sus propios relatos. En la novela, los circulares castigos infernales de Dante Alighieri en su Divina Comedia. La ambientación histórica y territorial es la misma: el este de la Unión Americana a mediados del siglo XIX. Poe está en su propia época; Dante en una América que lo ignora y que empieza a conocerlo por sus efectos. Entramados exuberantes de historia, literatura y misterio. Ficción y realidad entreveradas con ingenio. Dignas de leerse una y verse la otra.

Puede verse que el recurso de armar relatos intrigantes con la historia y la literatura de los grandes, funciona.

El Club Dante, con poco más de 450 páginas. Para algunos asimilada con El Nombre de la Rosa de Umberto Eco. De ese tamaño de erudición y de maestría narrativa, escrita por un joven dantista de 28 años y publicada en 2003. Para los amantes de la historia, de la literatura, del misterio o de la novela negra, da igual. A todos engancha.

El trazo básico de la historia está mencionado antes. Los poetas bostonianos de la época, dedicados a traducir la obra de Dante a la lengua inglesa para el consumo americano, son los protagonistas de esta aventura por identificar y detener a un asesino que hace sus fechorías con base en el propio trabajo que ellos realizan, con Henry Wadsworth Longfellow por delante, “el primer poeta norteamericano que alcanzó verdadero reconocimiento internacional”. Poeta al que, por cierto, Poe menospreciaba como escritor y viceversa.

Hay infinidad de apuntes y referencias para entresacar de una obra tan extensa, pero, a mi parecer, la descripción de la experiencia bélica que describe al protagonista causante de los desmanes es simplemente extraordinaria: las vivencias y los sentimientos incrustados en la cabeza y en la carne de un participante en la guerra civil de ese país. “…deriva de las historias de los regimientos 10 y 13 de Massachusetts, así como de relatos de primera mano de otros soldados y de reportajes.” Y la exploración del estado psicológico de dicho personaje “estuvo guiada por el reciente estudio de Eric Dean, Shook over Hell, que insiste en demostrar la presencia de una perturbación causada por estrés postraumático en los veteranos de la guerra civil.” ¿Lógico no? Pues yo insisto en que esa descripción de la experiencia bélica es magistral.

 Otras líneas entresacadas:

“Muchas de las sombras del infierno de Dante habían sido culpables de carretadas de pecados, pero el pecado que define sus acciones es el que determina su destino en el infierno.” (p.400). ¿Cuál es tu pecado más definitorio (hasta ahora)? Respuesta necesaria para que vayas sabiendo a qué circulo del infierno irás a parar y el castigo que te corresponde.

Una plegaria por los soldados cuando pasan por la ciudad: “Que el buen Dios tome a los que se quejan y los zarandee sobre el infierno, pero que no permita que vayan ahí.” (p.425). Cumplir con el destino y con la causa que te toca es obligado. Una queja de más y el piso se pondrá resbaloso.

“Son los lectores individuales los que me importan, porque en sus ojos reside el mérito de escribir. Escribir no es la supervivencia de los más dotados, sino la supervivencia de los supervivientes.” (p.455). ¡Me quedo con ésta!

El Club Dante existió, como nos cuenta el autor en su Apunte Histórico incluido al final, hacia 1865 con los mismos protagonistas, ubicaciones y objetivo de traducir al poeta italiano. Su heredera es la Dante Society of America desde 1881. Como un dato.

Me encuentro también con que, a partir de la novela, ha surgido otro Club Dante en lengua castellana: Donde lectores y escritores se encuentran. Una red en internet que se auto define como “La primera red social de la cultura narrativa”. Escritores, lectores, reseñas, narrativa, libros, recomendaciones literarias, etc. Otra buena herencia de Dante para gozar de la creatividad de la vida antes de ir a parar al infierno.

(El Club Dante, Matthew Pearl, Seix Barral, España, 2004)

Comentarios

Entradas populares de este blog

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

Sobre el dinosaurio camaleón

No hubo “corcholatas”