Nota primaria


El mundo puede estar vacilando como quiera. Volteado para el lado que sea. Es el mundo de todos pero cada quien el suyo. Terminar una libreta es causal agravante de inspiración a cualquier hora con garabatos pausantes y todos sus malditos errores. La flojera es para la transcripción y el orden. Como por ahí mismo dice el duende desvelado y madrugador: el orden de la chingada. Borrador de tinta. Oda al filo de la navaja. Para cuando los arqueólogos lo interpreten, el papel ya calló en los dientes de la legión ratón y el archivo virtual en las entrañas del virus de la computadora. ¿Cómo se puede adivinar el contenido del centro de la Tierra si no te embarras, si no le das vueltas a la madeja? Creando, creando, mi fango largo convertido en faisán fascinador. No hay otra manera. Así se queda.













Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”