Sin oficio

Frente a la soberbia se mastican ruidosos los golpes del silencio.
Siempre se fabrican por sus propias víctimas sin dejar se verse.
Sin verse.
Hasta que el destino llega jacarandoso sin que sea sorpresa.
Solo hasta entonces...
Cuando el poder descontrolado lo invita a pasar por la puerta de los vencedores.
Zaguán del idiota.
La frase es única y universal como para ser sólo nuestra:
¿Para qué hacerlo fácil si puede ser difícil?
Necedad sin oficio y carente de escuela.
Cada quien se lo come con el pan tan duro como quiera.
Los que pueden comer pan todavía.
Autoridad fugaz que nada soporta, sinónimo de viga desierta.
Sin fuerza.
Víctima voluntaria de los excesos; que no de las circunstancias ajenas.
Carroñera antropófaga que en eso termina: víctima de sí misma.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”