Julieta Venegas y Mala Rodríguez - Eres Para Mi

Ya ni que decir. La secuencia de la escena se repite como un monólogo mudo. La piedra tirada a la siniestra se ha perdido entre un montón de papeles y una lista de jumentos palomeada. Mímica sea. El dócil personal del reparto comprometido reacciona asustadizo ante un movimiento de cabeza. La mueca.
Las ideas se revientan por sí solas. Supuran de miedo. Se esconden. Gangrena cerebral. Las lumbreras relampaguean su falta de luz como un quinqué sin queroseno.
¿Para que generar energía si el pabilo inútil hace que la vela aromática apeste a sebo con la marca de fuego sobre el sello de laca?  El idiota a la picota: máxima rescatada moderna de la vieja era medieval.
La Mala lo diría de otra manera: con una mentada de madre sevillana.
La Mala es la favorita. Por ser mala pero finita. Con una bruja bella en el infierno sobándole el lomo a la falta de conciencia uno se puede sentir como en una casa vacía pero nueva. Eso me dijeron los acostumbrados a la que no conocían como la vida buena. Con la suela del zapato pisando la alfombra nueva: embarrada de mierda. Hasta para desclasarse hay que tener clase.
Dejemos mejor que la Mala cante. Pero en esta sin tener que pedir perdón y sin mentada de progenitora.
Con esta facha seductora cantando junto a la Julieta parece....
...parece....
...la novia de Iberoamérica. La mejor novia de todas.


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