¿Y las propuestas?

Iniciaron las campañas electorales en su fase previa. La que supuestamente definirá los candidatos que ya se sabe que serán por cada uno de los partidos políticos. Simulación de competencia: campañas al fin. 

Fotos maquilladas de pancarta con regalos y comestibles a las puertas de las casas: las estrategias consabidas de los "mercadologos" electorales. Imagen, publicidad y propaganda "utilitaria".

Propaganda sin ideas. ¿No que las ideas mueven al mundo? Lo mueven. Pero no hay: por eso parece que nos estamos quedando estáticos o, lo que es peor, tornando en reversa. 

Las campañas para "posicionar" la imagen de los aspirantes andan por su lado. Los pleitos frívolos y protagonistas de las parcelas de poder por el propio. El crimen se ríe de la falta de autoridad y se afana cortando cabezas: dicen que no nos afecta porque es sólo cosa " entre ellos",¿será?. ¿Y quienes son "ellos" si todos estamos entre nosotros?. Por su parte, la sociedad aguanta pagando las consecuencias: los datos que muestran la desarticulación de un entramado social que no logra integrarse se revelan día con día con indicadores que deberían darnos vergüenza colectiva: suicidios, embarazos prematuros, violencia intrafamiliar, regreso de enfermedades ligadas a la pobreza, jóvenes sin expectativas, infelicidad, individualismo, aislamiento y sus etcéteras. Parecen anécdotas accesorias de los noticieros deportivos como si esa fuera nuestra naturaleza. 

Reconozcamonos en ello: no hay soluciones viables porque no hay rumbo certero. No hay rumbo porque no hay quien lo marque y lo conduzca.

La elites económicas se entretienen en el arrebato golondrino y, las que no, las agobia el desconcierto, apenas balbuceando algunos reclamos y opiniones. 

La clase política no esta sabiendo como darle viabilidad de futuro a una de las sociedades más complejas, dinámicas y contradictorias del país. No encuentra como readaptar el anquilosado y autoritario ejercicio del poder y de las jerarquías en una sociedad ya masificada, mejor informada y políticamente plural: confunde inclusión con subordinación y diferencias de opinión con exterminio del contrario. La exclusión como solución. Autoengaño. La clase política no sabe ponerse de acuerdo entre si, ni siquiera en lo básico. No esta a la altura.

Predomina la política del poder: imposición de verdades absolutas y voluntades únicas, con la sangría de dimes y diretes que las acompañan: periodicazos, trapos al sol, difamaciones, calumnias y toda esa basura. 

Esta ausente el poder de la política; ese instrumento legitimo y necesario para la solución positiva de los asuntos públicos: la puntualizacion de las iniciativas y sus diferencias para encontrar los acuerdos y asumir los compromisos que a cada quien correspondan. El abc de la convivencia pacífica.

Si lo que se pretende es el poder por el poder, ahuyentando al potencial ciudadano libre e independiente de las decisiones y así reducir las elecciones a un duelo de "estructuras" y movilizaciones corporativas y acarreos, el objetivo sobradamente esta en marcha. Pero detrás de esa ligereza ronda un monstruo social marginado, pero no ausente, en descomposición y con mil cabezas, que más temprano que tarde va a pasar la factura con costos incalculables. No es una apuesta, es una certeza.

¿Le seguimos como vamos o le damos su lugar a la política, es decir, a las ideas? 


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