Nena Luna


Fue en la noche lluviosa de la luna de uña. Cuando la tristeza puede rehacerse en los bares y la dignidad remojarse valiente a pesar de la bruma.
La mezcla explosiva de desesperación decidida y angustia vial hizo lo suyo para que llegara tarde a la cita.
Escoger el céntrico bar fue para asegurar un encuentro de siempre. De nunca.
La despedida la puse yo. La dignidad fue cortesía de ella. La tristeza se quedó colgada en medio de los dos como invisible bruma. La poca luna era de todos. La noche dio medio color arrancándose las uñas.
La foto vino después, al caminar entre la nada.



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