Trascender el desvelo

Tiemblan con firmeza las sabanas al aire. Se sacuden las volutas imperceptibles en contraste con la luz hiriente que acaba de arribar con el permiso de nadie. La noche perdió su coartada.
Quedan al descubierto las artes fraudulentas de la magia y se develan inaceptables las suertes fantasmagóricas de las ilusiones.
Inconmovible perdura una imagen: silueta que brilla por su obscuridad entre las almohadas. Es el rostro verdadero y inamovible; es el embrujo.

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