Coplas del Papalote 14

Cae la cafetera y provoca el grito que desespera. Se rompe por lo más frágil aunque Pyrex se llamara. Como la vida. Como siempre. Como cualquiera.
Ya no será lo mismo sin el colado sencillo y práctico; aquel que sin gotear humo a humo ofrenda las imágenes del porvenir prometiendo un trago caliente y seguro. Lo enigmático queda al encargo de la fe, que no a lo básico de la ciencia.
Ya no, pues, la francesa por ahora... hasta que llegue la otra. Hasta algún día. Mientras será la hora de la recurrencia infaltable a la usanza vaquera, que también gusta. Todo por que se cumpla la máxima de "negro, caliente, colado y sin azúcar". No por las ansias de la cafeína. Todo porque la memoria necia quiere ver, cada día, la imagen espectral que se recorta detrás del aroma.

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