Gata no era

Se metió, imprudente, a la zona de mis íntimos disturbios, un gato que me gustó. Como en su casa el muy baquetón: sin trazas de amilanarse con el débil intento de la corrida: ¡Ucha por donde vino, antes que me lo quede!.
Blanco era, con un collar en cinta de tela azul: ambas las cosas que señalaban que seguramente dueño tenía.
Unos que llegan desde su morada para husmear tranquilos dónde no los invitan y otros que nacen aquí para no quedarse aunque uno los quiera.
El blanco con cinta de tela azul de algún vecino sería. Aunque nadie lo buscaba. Nada de extravíos solicitados en la acera de enfrente. Dejarlo a su retiro me quedaba: ponte aquí en plena calle y toma de regreso tu ruta. Si no regresas estarás en tu destino de siempre.
Y no regresó, por lo que se cumplió el vaticinio. ¿O me lo ganarían?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
llego a tu vida con toda la intencion de quedarse. ya era tuyo sin saberlo. ¿porque lo dejaste ir?
Armando Tiburcio Robles ha dicho que…
Porque así como llegó, agarró camino sin inmutarse. A esos no hay nadie que los detenga y si alguien los reclama se hacen los interesantes.
Al final, anónimo era... como tu.
Anónimo ha dicho que…
Es una bella reflexion Ingeniero.
Felicidades.
me disculpo por el anonimato. no vuelve a ocurrir.

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