Morirse en otra parte

Sucedió en un pueblo costeño de Colombia. Muy provinciano aquello.
No quiere más muertos en su pueblo el jefe del gobierno local. Que la ley se los prohíba. ¿No quiere?
Que diga cada quién que es más absurdo: las declaraciones del munícipe o la forma de armar la nota en la tele, con todo y sus sesgadas falsificaciones.
Queda, de cualquier manera, para el regocijo, la risible seriedad que lo amerita.





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