De arrancada

La extirpó del seno guarecida: como arrancada a mansalva.
Le dio un tirón: la argolla perdió entonces la buena oreja. Perdió el viaje en que vagaba. Perdió la gaveta de piel: pereció con la ilusión de que su suerte mejor fuera.
Me la quitó para dejar de alucinar con las promesas. El ego por delante sin perdón de lo importante: lo que vale es la posesión de la presa; lo que no escasea. Sin certeza.
La vida se hacía futura con un remanso de coraje. Fingida estrategia. Fustiga la preferencia de que alguien esté, no importa quién sea. Con que esté. Que sea.
La soledad es sabia consejera.
Se la llevó al jovial estilo escolar de primaveras: arrancarle una costura a la cartera. Otra quimera.

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