Elegir el placer por prohibido
El clímax de la lectura se levanta de su flojera en el momento mismo en que los ojos se fijan iracundos y saltones en el pasaje de la historia que evoca sin remedio al recuerdo que ha de venir.
"Supo, entonces, lo que la palabra instinto significaba: saber despreciar fuera de tiempo una copa de vino sin exageraciones"
¿Por qué semejante tontería si el soporte de la copa es el encanto más cursi por venenoso?
Porque al levantar el brindis hasta el punto más bajo del rincón terso, con una gota que se derrame se rebosa el universo.
¿Están, por lo tanto, protegidos los malos sueños?
Desde luego, con las tapas del libro que le dan cobijo a los peores bandidos. Vino es sinónimo de sabores sin dueño.
Que no los atrapen. Mejor morir de un suspiro.
Por supuesto.
"Supo, entonces, lo que la palabra instinto significaba: saber despreciar fuera de tiempo una copa de vino sin exageraciones"
¿Por qué semejante tontería si el soporte de la copa es el encanto más cursi por venenoso?
Porque al levantar el brindis hasta el punto más bajo del rincón terso, con una gota que se derrame se rebosa el universo.
¿Están, por lo tanto, protegidos los malos sueños?
Desde luego, con las tapas del libro que le dan cobijo a los peores bandidos. Vino es sinónimo de sabores sin dueño.
Que no los atrapen. Mejor morir de un suspiro.
Por supuesto.
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