Caníbales en Morena

Malos augurios suenan desde el interior del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), la agrupación política que ya está ahí pero que aún no ha terminado de constituirse oficialmente. Reproduciendo una de las peores calamidades que ha padecido la izquierda mexicana -y en general la latinoamericana- de poner énfasis en crear conflictos intestinos, la llamada antropofagia política a partir de la exclusión y el sectarismo, el Secretario de Organización en Quintana Roo de ese proto partido, el señor Omar Sánchez, ha declarado que "no llevarán candidatos reciclados en el proceso federal electoral, ni a aquellos que provengan de otros partidos políticos que solo buscan un beneficio personal". Y por ahí se van los excesos de su retórica, machacados con viejas frases que ya son lugares comunes, para rematar con aquello de que quieren (¿quienes?) "que los candidatos de Morena sean personas que no han sido vistos en la vida pública". 

Lamentable ver a un novel político repitiendo añejos y dañinos vicios. ¿Tiene idea de lo que habla el señor Sánchez o porque lo sabe lo dice? ¿Es un desesperado reclamo generacional de "quítate para ponerme" o se erige como el tribunal supremo de las fuerzas regeneradoras que habrá de calificar quien sí está "por un bien social" y a quien habrá que eliminar por participar "por negocios y para atender intereses personales"? La exclusión como definición. El consabido canibalismo de la vieja izquierda.

Pongámoslo fácil: Morena existe y es lo que es por el llamado que lanzó López Obrador para constituirlo. Se agrupa indiscutiblemente en torno a su liderazgo. Más bien, Morena es y será un actor determinante en el futuro próximo de la vida nacional gracias a AMLO. De eso no hay duda. Pero López Obrador es un político "reciclado": fue activo y prominente dirigente del PRI. También, entre otras cosas, dirigente nacional del PRD. Varias veces candidato de esos "otros" partidos. De acuerdo con los criterios maximalistas del señor Sánchez, AMLO no califica para ser candidato de Morena en las elecciones federales del 2015. ¿Vale también para el 2018?

Y como ese otros muchos casos: Martí Batres, por ejemplo. De conocida biografía política en la izquierda y en el PRD, el actual dirigente nacional de Morena tampoco aplicaría para ser candidato. Es decir, para ayudar a que su partido obtenga los votos necesarios para ratificar su registro legal.

La demagogia excluyente del señor Sánchez anuncia conflictos en Morena. Repetición de los altercados que han dado fama a la izquierda. Una izquierda que la gente cada vez más rechaza. Esa izquierda ya existe: no hace falta. 

La izquierda que la sociedad mexicana reclama debe priorizar, si, la demanda ciudadana y debe, sobre todo, saber resolver sus problemas. Por ello debe ser incluyente: combinar la fuerza y la movilidad social, la experiencia creativa de quienes tienen años en la lucha, junto con el empuje y la sagacidad de los jóvenes. 

Lo del señor Sánchez es otra cosa: el reciclamiento del caníbal.


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