DEL PRESIDENCIALISMO A LA PARTIDOCRACIA RESTRINGIDA

Si las palabras significan, es decir, valen, el hecho de modificar al órgano rector de las elecciones en el país y nombrarlo "nacional" en vez de "federal" tiene un sentido manifiesto en su nuevo contenido: centralización. 

De acuerdo con las opiniones más acreditadas, el IFE habría agotado su función creadora en el ciclo inaugural de la novel y truncada democracia mexicana. Una suerte de limitaciones y vicios inesperados lo habrían hecho dudosamente inoperante e indiciado de parcialidad. Las elecciones presidenciales, y no sólo, quedaron bajo sospecha en el ánimo nacional. Por su parte, las elecciones locales habrían pasado al control de los poderes ejecutivos estatales y así los gobernadores se convirtieron, se dice, en los modernos virreyes. Mientras el PAN administraba la Presidencia de la República, sus oposiciones, especialmente el PRI, se atrincheraron, activos, en los gobiernos del los estados. 

Una vez que ha vuelto a cambiar el panorama general, retorno obliga... de acuerdo con la tradición priísta. Instituto Nacional Electoral quiere decir, en este contexto, un sistema electoral para todo el país pero controlado desde el centro del mismo. Eso se deriva explícito del contenido de la nueva propuesta. 

Centralización peculiar porque ahora ya no es unipartidista sino tri... Con el PRI la han avalado el PAN y el PRD. Contradanza inaugurada con el llamado Pacto por México: equilibrios inestables entre tres, troika, triunvirato. Con un fiel en la balanza: PRI ¿Y los demás? ¿Es este un acuerdo concertado para excluir a los que son pero no están? ¿A los que vienen? Así parece.

Lo que estamos viendo no es, por tanto, una corrección para ampliar y mejorar el juego democrático sino una regresión centralista amplificada. Del presidencialismo a la partidocracia restringida. Un intento de circuito electoral cerrado en el que el derecho de admisión aplica. Democracia representativa limitada. Muy limitada.

De haber querido dar el paso necesario para consolidar la democracia participativa la superación del IFE habría sido conceder mayor participación a la sociedad en la organización, ejecución, control y fiscalización de los procesos electorales y los recursos destinados a los mismos. Pero no. El tema se resolvió en sentido inverso. Simplemente la integración de los nuevos Consejeros del recién creado organismo fue resultado del forcejeo entre los tres partidos mencionados. Un grosero y público manoseo para controlar al árbitro. Cuotas que aseguran lealtades pasajeras.

¿Así serán las próximas elecciones federales del 2015? ¿Y las del 2018? ¿Cuotas parciales de poder entre tres para asegurar la reproducción de un sistema cerrado? De lo visto se deducen los intentos. Aunque, a veces, el electorado también tiene sus propios caprichos. Veremos. 

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