La izquierda en su cuesta empinada

Hay que reconocerlo: la izquierda mexicana se encuentra en el peor momento de su historia moderna. La dispersión es poca cosa frente al descrédito causado por los errores políticos estratégicos cometidos en los últimos meses. 

La dispersión es atribuible, sin lugar a dudas, a que Lopez Obrador decidió dejar de ser el eje aglutinador de todas las izquierdas electorales, e incluso sociales, y paso a dar sus pulcras batallas desde su propia trinchera desinfectada de "traidores, mafiosos y vende patrias". Y una cosa llevo a la otra: a partir de entonces, cada quien para su canasta. Lo que se pueda. 

Hubo quienes prestos aprovecharon la oportunidad. Con las manos sueltas, los maestros de la negociación bajo cuerda tuvieron la ocasión para poner las manos sobre la mesa. Se adelantaron quienes para entonces ya controlaban mayoritariamente al PRD: trataron de montarle a toda la izquierda un acuerdo de "concertacesion" excluyente, el Pacto por México, en el que ellos eran, desde luego, los únicos interlocutores con derecho de picaporte. 

Muy sonrientes para la foto creyeron que iba a "cogobernar" con el PRI y el PAN cuando estos dos traen un amasiato ideológico, político y económico -y en mucho pragmático- de varias décadas. Nada más que ahora con el PRI habiendo recuperado el control central del poder con procedimientos desaseados. Cosa que, parece, dejo de tener importancia: la compra abusiva, descarada y multimillonaria del voto. ¿Un pecadillo perdonable que se puede superar? El problema es que siempre tienen más dinero.

El PRD se metió al juego legislativo en seco, solo, con absoluta desventaja numérica, sin aliados y sin la sociedad que lo acompañara respaldando propuestas, apostando a que sus brillantes disertaciones en la tribuna y las negociaciones de restaurante, café y cabina serían suficientes para influir en el México nuevo. Se prestaron al juego de tercear en mayorías y minorías alternadas: aprobar algunas reformas constitucionales mientras "le ganaban" en otras. Legitimaron el juego "en lo general" para terminar siendo desechados y aplastados en lo particular, en la letra chiquita de las leyes secundarias. ¿Y el Pacto? 

Se equivocaron, los chamaquearon (¿sacaron ventaja?) y se llevaron al país entre las patas. El mundo esta sorprendido (sobre todo el mundito vinculado a la gran economía) por lo fácil que fue para el nuevo y cuestionado gobierno sacar adelante esas reformas que se diseñaron, sin éxito, desde hace por lo menos 25 años. Reformas que se aplicaron en otros países, fracasaron y en algunos casos ya vienen de regreso. 

Y todavía se preguntan en el PRD por que la sociedad no ha reaccionado con furia ante "el desastre nacional por las reformas tan lesivas", la energética por delante. Le echan la culpa a la desinformación y a la publicidad mentirosa del gobierno. Pero en esencia, se llama descrédito. Falta de credibilidad en la oposición entregada, en la izquierda desarticulada y en todo el sistema de imposición disfrazado de acuerdos. Corrupción, inseguridad y fiestas teiboleras aparte. 

Y ahora salen con llamados tardíos a la resistencia. Con que la calle es primero. Con que millones de firmas van a revertir la tragedia. Primero ayudan a ahogar al niño y luego quieren dinamitar el pozo. El agua sucia que les salpique no les va a servir para lavarse la cara. 

La cuesta esta muy empinada. 


http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/08/13/975944


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