La patria perdida o por que El Chingonario se debe leer en inglés

Nos hemos quejado de la historia patria como una religión negra: Porfirio Díaz y Santa Ana, en el orden que sea. Los entreguistas. Los tiranos. Los traidores a la madre que nos cobija. Los hijos muy propios de su muy propia chingada madre. La historia hedionda de los villanos para glorificar a los santos. Los buenos y los malos.

¿Para qué tanto pisar el suelo si podemos volar como papalotes? Siempre agarrados con el mecate del pescuezo. ¿O como perros? Porque ahí esta pues que estamos repitiendo las guirnaldas: que si ahora es el petróleo que se entrega cuando nos lo heredo con honra Lazaro Cárdenas. 

Va de vuelta. La historia es una rueda dentro de una caja mortuoria aunque me digan lo contrario. Tiene una lápida muy bella: "La historia se repite y por cansancio se embrutece". De aquellos primeros entonces fueron los caudillos amados de la guerra los que se trastornaron en autoritarios. ¿Pero ahora? ¿Un mequetrefe de opereta? ¿Un monigote que ni a títere llega? Un aparato de voluntades más complejo: una especie de mafia consagrada en torno a los patrones del dinero. Viva la democracia. ¿Quien la controla? Algún proto patriarca sebandose en la sombra. La historia es un surtido rico en calamidades.

Debiéramos mejor conmemorar los aniversarios del marrano. La porquería embarrada para el festejo tumultuario. Viva la patria. ¡La patria es primero! dijo un grito libertario alguna vez: sangrando a machetazos para sacarla del agujero. La patria ya fue y vino: se deshizo en el trayecto. La patria es un chiquero en el que se deleitan los puercos. Por eso hay que venerarlos en vez de odiarlos. ¡Viva Santa Ana! ¡Viva Don Porfirio! ¡Viva Salinas! La exaltación en carne viva del atraco. Hagámoslo con ganas: como antes y como siempre: confeti, espantasuegras y serpentinas. 

Sin fronteras como demanda la raza. Aunque la Migra se refuerza. Parece que no habrá acuerdo de unificación. Me lleva... Como que aquellos tampoco preparan las armas para el zarpazo de la anexión, a pesar de los manotazos desorbitados de la periodista güera que lo pide a gritos. Pero hagámosle la lucha...  ¿Para qué sirve desvelarnos la noche del 15 de septiembre si ya tiene estatus y estadía el 5 de mayo? Como los irlandeses y los judíos: los mexicanos. Sólo entonces estaremos en paz con nuestra existencia colectiva. Podríamos hablar un sólo idioma y transitar contentos por las súper carreteras consumiendo nuestro propio combustible. Lavando platos igual, pero habiendo aportado a la lengua de William Blake todas las acepciones de la chingada. 


                                     


A bombardear México, dice ella...

                                   





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