Me lo mandaron

                                         

Con estrés sobre cargado los partidos políticos parecen estar en guerra contra sí mismos. No solo unos contra los otros sino enjuagados en su propia gangrena, como fagocitos, carcomiendose las entrañas. Guerras intestinas que a nadie le importan; excepto a ellos. Eufemístico se dice "fuego amigo" donde bien se sabe que hay caníbales glotones pero no precisamente amigos. 

El sistema de partidos se reproduce porque tiene un mecanismo físico que funciona, pero no crece. No motiva. No emociona. Se expande como un tumor maligno pero no crece como un árbol de sombra. Hace calor y la gente lo reciente, mientras en los partidos la guerrita. ¿A quién le importa la bigamia en tiempos de la infidelidad pactada? 

Sería menester pretender que las cosas se pueden hacer de manera diferente. Por pura sobrevivencia.  Pero... pero... pero... parece que no importa. Con tan mal oficio me obligan a suponerlo.
Vámonos entendiendo: a mi me invitaron. Por algo sería; quiero pensarlo. Espero que me digan para que es la cosa. Mirando. Observando. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

Sobre el dinosaurio camaleón

No hubo “corcholatas”