Se los juro centelleante que así fue
¿Quién puede criticar a un dedicado reportero por la falta de comprensión de lo que pudo ser la vida antes y después si el no existiera?
Con toda la sagacidad a cuestas se arriesga diariamente a estar viendo muertos completos y sin vida en este insólito valle de los inmortales.
Lo único precario son los irreversibles daños a la naturaleza. Estamos lamentando la muerte sin vida de los árboles que han sido sacrificados para que un pendejo raspe en multicolor su estupidez, con mucho orgullo, encima de sus restos.
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