Desmodorra

Se le subió de repente la adrenalina a la política en Quintana Roo. De tan aburrida que estaba la comedia sólo con francotiradores y cazadores de cabezas. El que se movía como muñeco de trapo se caía. 
Y sin embargo, se mueve. Frase eterna.
La clonación no es bien vista en la escena de la patria. Se raspa la cresta de los modales y las buenas conciencias. La dimensión nacional pone a conjetura el tamaño de la venganza. Porque de venganza se trata. Simple ensayo, una vez más, para demostrar que nadie es invencible para siempre. Ni los virreinatos son exactamente tales. Por lo menos ya no serán lo que en los últimos tiempos eran. Se te olvida y estas frito. Calavera.
Lo que llama la atención es el cronograma: la hora. Si es ahora es porque los márgenes se acotan de una vez, a pleno medio día. Antes de la media noche. Las candidaturas federales del 2015. Nada de estar esperando hasta la sucesión del 16. El presupuesto se agota y el crédito también.
No hay otra explicación cuando estamos tan lejos de la meta. ¿Para qué, si no, zarandear la cacerola?
Lo relevante será el tamaño del aguante. Algo así no se resiste de cualquier manera y sin entregar prenda para el temporal canje de pequeñas concesiones. ¿Caerán mientras cabezas de francotiradores?
¿O de cazadores?

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