CAMBIO DE NOMBRE

El cambio de nombre no implica trascender más allá de lo personal. Tampoco abandonarlo. Por el contrario, es trascendencia personal: el paso al peldaño superior de una escalera que no tiene destino manifiesto y mucho menos forma de presentación inamovible. 

En el paso de La Pluma y La Daga a la disyuntiva de Surrealismo o Barbarie hay una variante en el sesgo de presentación de mi propuesta porque va de una expresión inconexa e indefinida de lo que llamaba imagen absurda, palabra punzante a la confrontación precisa y excluyente entre dos posibilidades: absurdo creativo o absurdo destructivo. La cultura o su ausencia.

El blog fue concebido de origen como un receptáculo de ideas personales tal y como se vienen a la cabeza, en la más clásica de las definiciones del surrealismo: "un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral". Lo dijo André Bretón. Así ha sido aquí y seguirá siendo. 

Los textos son de manufactura propia sin mayor intención que la de alcanzar a expresar por escrito el cúmulo de ocurrencias que se construyen arbitrariamente en mi cabeza. Por eso el blog es un vertedero, un receptáculo, una simple vasija para capturar lo etéreo y fugaz del pensamiento en hilera. Despertar y escribir. Bañarme y escribir. Cualquier intento de retención de la frase exacta en la memoria es una quimera. 

Todo lo anterior no invalida la posibilidad de incluir construcciones temáticas más elaboradas, como son los intentos breves de contar alguna historia. Casi todas inventadas. Inventos que tienen que ver, obvio es, con lo que uno es con lecturas y vivencias acumuladas. Lo que tiene de original es que son a mi manera. Como venga. 

He aprendido en este ejercicio totalmente empírico, primitivo y silvestre -que ya tiene más de 500 Entradas- que no importa solamente lo que se diga sino como se haga, incluidas las incoherencias, más allá de la estética. 

Cambia notoriamente la presentación de las imágenes, ya sean pinturas, fotografías, vídeos o películas. Procedo a privilegiar las artísticas surrealistas (en cualquier versión parecida con el nombre que se quiera en el campo del absurdo creativo, como puede ser el llamado Bajo Realismo - Under Realism). La absoluta mayoría son ajenas por lo que el crédito correspondiente merecen; así como la referencia o la liga electrónica para quien quiera verlas o corroborarlas.

El internet y las webs nos permiten internacionalizar nuestra visión de la cultura. Hacernos globales. Universalizar el absurdo, porque el absurdo está para crear o para destruir en todo momento y en todas partes. ¿Ven en el mapa alguna excepción que se salve?

Surrealismo o Barbarie es la disyuntiva. Me quedo con el primero y sus variantes: el absurdo creativo. Las demás propuestas de convivencia o encuentro social son construcciones políticas, ideológicas o filosóficas para dorarnos la píldora. Son anestesia local, sobre heridas mortales, con duración pasajera. Un mar de ilusiones sin agarradera. Son, al final, en el extremo de las aberraciones, la coartada de la barbarie. Porque la barbarie se adereza con idolatrías y democracias o se impone con balas y cadenas: barbarie se queda. Destruye.

México es el lugar que territorialmente me toca. Bretón pasó por aquí y creyó ver el botón de muestra que daba fe de la existencia del surrealismo en la sangre de los terrícolas. No se equivocó pero se quedó a medias. Unos quince años antes John Kenneth Turner descubrió, desnudó y denunció al país salvaje: bárbaro le diría. Un siglo después los hechos contundentes siguen confirmando ambas facturas. México es destructivo y creativo; bárbaro y surrealista. 

Hay que inclinar la balanza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”