Resistir

¿Como hacer el comentario sobre el fin de un año que se agita de locura por desaparecer del calendario y a la vez se aferra para incrustarse perenne en la memoria? En la mala memoria, por cierto. Aunque se dice que depende de como le haya ido a cada quien en la fiesta. Pero no, no es el caso.

Sin pretender ser siquiera parte de la "memoria colectiva" se ratificó de la manera más cruda, para arrastrarlo el año que entra y no se cuantos mas, un efecto nacional, en grado de calamidad, que nos afecta a todos en México: el llamado pacto de impunidad entre las élites, legales e ilegales; oficiales y facticas. El verdadero entramado de poder que hace posible que suceda cualquier cosa desastrosa sin que tenga consecuencias para los responsables. Sobran ejemplos. No voy a hacer recuento: están en los días y en la piel. Muchas familias, personas, infantes, abandonos, recibiendo el nuevo año con mas desasosiego e incertidumbre que esperanza. No puede obviarse.

No espero voluntad. Por desgracia en esta historia las mejores posibilidades no se conceden sino que se arrebatan. Son hijas de la impaciencia y no pocas veces de la inconsciencia. 

Tan lejos de dios y tan cerca del gran mercado. Tan lejos de la voz y tan cerca de las televisiones. 

Muchas cosas por hacer, englobadas en una sola: crear. Mantener vida. Resistir. Tal vez la anécdota que nos permite seguir creyendo que hay opciones la vi hace apenas unos días: el 25 de diciembre a media mañana, día de asueto, las calles solitarias, el mundo circundante paralizado, descansando: una mujer morena, sola, pequeña de tamaño, madura de edad, firme en decisión, grande de espíritu, en medio de un camellón de una avenida regularmente transitada plantando varias pencas de nopal. Sin inmutarse. Sin parar. No son flores ni plantas hornamentales de la región: nopales. ¿Algún simbolismo? No lo se, no estaba para ser distraída. Tal vez solo le gustan y sobran en el patio de su casa. 

Vida que resiste. Eso plantaba. 

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