Noticia fugaz y #TodosSomos...

Al mundo se le mueve el ombligo con rapidéz: el centro de gravedad informativo transmuta con un suspiro. La noticia fluye y se agota como un espasmo: el mismo que produce asombro y escándalo por el impacto de la nueva que como llega, se va. 

Antier era Corea del Norte amenazando con desatar su cólera sobre occidente si se ponía en cartelera una película que mencionaba a su inestable dueño. En las calles de algún lugar americano llamado Ferguson el descontento racial descomprimido rompía cristales por ser inaceptable que la policía de tes blanca pueda balacear a la gente de color sin que haya consecuencias. La palabra "Ayotzinapa" se leyó y escuchó en los noticieros de casi todo el planeta sin que tuviera una traducción precisa excepto muerte.

Ayer Obama y Cuba se robaron los titulares: cincuenta años de muecas, escarceos y jaloneos solo han servido para paralizar a las fichas: quedaron tablas. Los sobrevivientes se acercan. Tan cerca y tan lejos: se mueve el juego y, tal vez, cambio de tablero.

Hoy el mundo se asombra con la demostración de fuerza en París (también callejera) de la Europa unida y sus dirigentes formales en torno a una desgracia: la masacre en el semanario satírico Charlie Hebdo. Entonces alguien dijo que todos somos eso. Y más de tres precipitados en cualquier rincon del planeta han sentido que son eso: Charlie Hebdo. Esa sopa se come dependiendo de a quien se la sirvan.

Cada vez más nos conmovemos y manifestamos ante los acontecimientos de los que nos enteramos por pulsaciones mediáticas. Fugaces. La nota que domina, predomina... hasta que, rápido, es sustituída por la siguiente.

Muchas otras cosas, desde luego, suceden a la par y no se saben. O si se saben no se atienden públicamente ni atraen la atención del público de masas. Se quedan en lo local, en lo familiar, en lo nacional. Pasan de largo, aunque ahí están. No es necesariamente por un factor de magnitud de su eventual importancia (o desgracia) sino de selección. Hay un filtro invisible. Un "Factor X" que purga, desecha o ignora lo que no le conviene, lo que no está en su radio de influencia o lo que incomoda por pura sospecha. Mejor no mirar ahí donde los ojos se enturbian. 

¿Por qué no fue Obama o uno de sus representantes de primer nivel a la marcha multitudinaria de los jerarcas políticos europeos? Parece que la controversia no es precisamente el Islam contra el resto del mundo. Es algo más que eso. Algo más cercano... 

El velo del estandarte

Se ha puesto de moda sacar los trapos al sol entre quienes gustan de asomarse en ventana ajena para fisgonear. Como nuevas técnicas hay, también más se sabe. El asunto del espionaje a todos los niveles parece un deporte de actualidad desde que Julián Assange y Edward Snowden pusieron en evidencia lo que sería un sospechoso secreto a voces. El espionaje parece un oficio tan viejo como el otro aquel del que se dice que es el más antiguo de todos. En el recuento de lo que se da a conocer, aparentemente nadie se salva. Y si eso es lo que se sabe... Pero con ello se otorga carta de naturalidad en el análisis de los acontecimientos a lo que para algunos no era más que una "interpretación conspirativa de la historia": la conspiración como el eje explicativo de las relaciones políticas y diplomáticas (y ahora se dice que deportivas, científicas, artísticas, etc).

Sin mucho pensarlo, Paul Craig Roberts, exsubsecretario del Tesoro de Estados Unidos aseguró que el ataque a la revista Charlie Hebdo habría sido una operación de falsa bandera. Autogolpe a caballo de fama. Algo saben los norteamericanos de eso. En el golpe del 11-S hay sido acusados de haber hecho lo propio. El gobierno de ese país no iba a cometer la diplomacia incorrecta de decirlo de manera directa, ¿estamos?. Tal vez por eso el gabinete de Obama haya actuado con tanta mesura, aunque de dientes para afuera se disculpara.

Suficiente razón para poner una afirmación propagandística en duda. ¿Todos somos Charlie Hebdo? Más allá de las razones estrictamente de contenido en una revista satírica que irrespetaba las creencias religiosas de una parte importante del mundo (independientemente de lo que se piense de ella). No se trata aquí de poner en duda el rechazo a una masacre abusiva, retadora e infame. Es totalmente condenable. Es solo que nos llama la atención la necesidad de ver el tablero en su amplia dimensión: global como se dice ahora. ¿Que gtana occidente endosando todos sus males al musulmán extranjero?, lo mismo de siempre: aliviar la tensión de sus problemas internos: todos contra el enemigo de afuera... aunque no estemos totalmente seguros de que tenga la culpa.

#TodosToman

Y en el flujo de las modas publicitarias se acuñó con extraordinaria ligereza eso de que ahora #TodosSomos lo que suceda en algún otro lado que no nos corresponda y del cual nada sabemos. Insisto: no se trata de poner en cuestión la importantísima solidaridad nacional e internacional que logra generarse en torno a causas locales que adquieren dimensión internacional. No hay duda de que es un vuelco moderno que se hace posible por esa veloz fluidez de la información y por la individualización de las posibilidades de comunicación global y de emitir un juicio que prácticamente cualquiera puede ver en (casi) cualquier parte del mundo. Pero sin duda en muchos casos la desinformación de los detalles y la falta de comprensión de la circunstancia de fondo de cada caso son sustituídas por la pulsación de hacer saber que "yo también soy" porque es una nueva manera fácil de identidad gregaria en un mundo disperso. Así #TodosSomosAyotzinapa, proveniente de México; #TodosSomosFerguson referenciando las protestas en Estados Unidos; #TodosSomosCharlieHebdo, desde París. Suena a rebelión universal. ¿Lo es?. Hasta el mismo Obama aprovechó la corriente para montar su frase que busca enterrar a la Docterina Monroe en uno de los tantos capítulos obscuros de la historia: #TodosSomosAmericanos le dijo al continente cuando planteó modificar su política respecto a Cuba. Todos juegan su partida. #TodosToman.

Por cierto, en el submundo de las adyacencias tangenciales, #TodosSomosCiudadanos ¿que no?

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