El búho profeta

Entiende lo que es difícil de ver con los ojos abiertos. 


Con tres pasos veloces le metió el calzador a la vida inconveniente. Por valiente. ¿Por ardiente? Respuesta vacía. Demasiado tarde: plaza sin vacantes. Queda por jugar a la venta por mayoreo en las sucursales. Segunda división. No habrá quien borre de la historia semejantes arranques. 


Por cierto, si entiende.


Particular reverberación: atisbando entre comillas; entre una cita no comprobada y una revelación conocida: todo aquel que siga mi palabra y suba a bordo por la barandilla saldrá con la vida intima inmaculada por la otra puerta. Nadie necesita al otro cuando por la casa vagan los iguales por docena. Lo entendió estando enganchado en lo mas luminoso de la soledad, porque ni el búho lo enseña. 


Registrado queda. 


Queda por eliminar el registro primario: fueron La Niña y La Santa María las que encallaron frente a La Española. Nadie se acuerda: la otra sucumbió ahogada en su propia saliva mucho antes de llegar al Mar de las Antillas. Coloración de poetas. Maquina mártir de los profetas. Profetas desterrados; los de la luz con silueta. De cada gota de su sopor emana la generosa salpicacion de una sustancia monstruosa: la gran generadora de problemas.


Un dios sin camisa, un estudiante sin generación, un caminante sin estación y una prosa sin pies ni cabeza.


Entiende.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”