Cancún 45 años. Reflexiones sobre la Ciudad (partes 1 y 2)

Autora:  Bettina Cetto
No hubo necesidad de plantar una iglesia frente a un nuestro Palacio Municipal, por la sencilla razón de que México es un país laico y que Cancún es una ciudad diseñada, no atendiendo lineamientos de la Corona Española, sino una ciudad moderna de la segunda mitad del siglo XX, concebida por mexicanos. Lo lógico era separar el poder civil del eclesiástico, máxime en una ciudad que sería la cabecera de un municipio que se llamaría Benito Juárez.
     Cualquier visitante se queda azorado cuando se le platica que hace apenas cincuenta años Cancún era una isla donde un puñado de personas vivía de la pesca y cuidaba cocotales sembrados en una duna en forma de siete, con algunos tramos apenas de 20 m de ancho, y separada de tierra firme por dos estrechos canales que conectaban al mar con un amplio sistema lagunar. Aquella fina arena completamente blanca bañada por aguas cristalinas y templadas, y la tierra contigua tan verde, de manglares y selva, se ubicaban en un punto lejano del territorio también lejano y todavía bastante inexplorado e insalubre de Quintana Roo. A nuestro actual estado se le consideraba entonces como un recurso del futuro al cual no se veía bien a bien cómo sacar del estancamiento económico. Según recomendaciones del Banco Mundial, Cancún se prestaba bien para un proyecto ganadero y agrícola, no turístico. 
      Por esos años, en el centro del país se buscaban alternativas para no depender tanto de las entradas por concepto del petróleo. Y qué bueno que desestimaron la sugerencia de convertirnos en potencia agropecuaria al decidir que el turismo podría ser la clave, y se dieron a la tarea de buscar lugares en toda la geografía nacional desde donde promover esta actividad. Después de sobrevolar durante años el país entero y de hacer estudios de diversa índole, llegaron a la conclusión de que Cancún, entre otros cinco lugares más, resultaba perfecto para detonar el desarrollo turístico. Entonces, en 1969, se creó INFRATUR (más adelante FONATUR), el órgano de gobierno que se encargaría de llevar a cabo la misión de crear estos polos de desarrollo.
      No había entonces ningún antecedente en el mundo de un polo turístico desarrollado en un sitio donde no existiera una población ni mucho menos, infraestructura. Pero se la rifaron, con talento, entusiasmo, trabajo, un crédito del BID y, por momentos, temores de que el proyecto no cuajara. El Cancún moderno surgió “de cero”, como se dice. Aunque al así decirlo, desde mi punto de vista, y sin la menor intención de restar méritos a la genialidad del Proyecto Cancún, considero que no se menciona lo suficiente la aportación de la Naturaleza al éxito y vaivenes del Proyecto.

     Y no me refiero a que no se aprecie su belleza, ya que es precisamente su belleza la que cautivó a los banqueros. No, es que no le hemos dado su lugar. Todavía hace cincuenta años prevalecía en el mundo la idea de que a la Naturaleza había que dominarla. A golpes la Naturaleza misma nos ha ido enseñando a cambiar el discurso, de manera que desde unas pocas décadas atrás se habla de sustentabilidad. Por lo mismo, es probable que si hoy se diseñara “de cero” el emplazamiento de los hoteles, la fisonomía de la zona hotelera sería distinta o que la MIA del proyecto no se aprobara.
      Entonces la historia también habría que contarla un poco distinto. La cuna del Cancún moderno es esa maravillosa isla con forma de siete, conformada por una duna de fina arena blanca, y bañada por un mar simplemente espectacular, a la que le detectaron un enorme potencial para crear un polo de desarrollo turístico. Y la ciudad, parte integral del exitosísimo Proyecto Cancún, tuvo como cuna el verde de la selva.1
     Todo fue concebido y planeado por personas de gran talento. La creación de Cancún se da desde la mente de mexicanos, es un proyecto íntegramente planificado, construido y administrado por mexicanos.  De manera que nuestra ciudad, que ya entrados en materia es el tema de mi texto, es una ciudad muy mexicana.
     El Plan Director de Cancún, Un Desarrollo Turístico en la Costa Turquesade 1982 publicado por FONATUR2 es el primer documento que plasma la esencia del proyecto urbanístico. Por lo tanto, considero este documento como el que recopila información muy aproximada a aquélla con la que posiblemente se llevó a cabo la planificación y el trazado de la primera etapa del desarrollo de nuestra ciudad.
     No tiene el formato característico de un plan director publicado en el diario oficial, ni tampoco se encuentra en el diario oficial. El Plan 1982 está impreso a color, intercala en el texto gráficas y planos explicativos. La expectativa de desarrollo al completar la primera etapa, era tener una llamada “población de apoyo” para alojar 40.000 habitantes (FONATUR, 1982: 72), dato que concuerda con los documentos del primer préstamo del BID para el desarrollo de Cancún.
     Otras expectativas que menciona el Plan 1982 son que al completar la 2ª etapa de urbanización en el año 1990, se esperaba que Cancún contara con una población de 123.000 habitantes, y que para el año 2000, es decir, la 3ª etapa de desarrollo, la ciudad tuviera 250.000 habitantes. (FONATUR, 1982: 13, 62, 73). Pero el éxito de Cancún fue tan espectacular, y se convirtió en tal imán para atraer pobladores que ya para el año 1986 contaba con los 250,000 habitantes que habían previsto para el año 2000.3
     Si observamos el mapa de la primera etapa4 de la Ciudad —que hoy llamamos Centro Fundacional— enseguida salta a la vista su traza muy especial. Es una reinterpretación de la Ciudad Jardín, que consiste en una agrupación de varias manzanas de uso primordialmente habitacional alrededor de un corazón verde formado por parques urbanos y con corredores peatonales, integrando así súpermanzanas. Espacios buenos para los niños solos, sueltos de la mano de sus padres, para los ancianos, para los jóvenes.
     Las súpermanzanas se conciben como unidades autosuficientes en comercio, educación y recreación y además, al contar con estos pasadizos que son los andadores peatonales,  y al estar comunicadas entre sí por avenidas dotadas de amplios camellones verdes, invitan a caminar la ciudad. 
     En el mismo mapa de 1982 se puede apreciar que al norte de la Av. Chichen Itzá, fuera de la jurisdicción de FONATUR, se encuentra la Colonia Puerto Juárez, desarrollada con una conformación espacial de manzanas rectangulares de uso habitacional de alta densidad, que plantea por supuesto otro tipo de circulaciones y de ubicación de usos de suelo.
     En todo caso, quien llevaba la batuta en los primeros años dentro de este pequeño tejido de súpermanzanas era FONATUR. El núcleo original, donde inició la primera etapa de la Ciudad, donde se instaló el primer campamento en 1970, es la Av. Nader. Y más precisamente, es justo donde un lustro después, cuando ya teníamos Presidente Municipal, se inauguró el Palacio del Ayuntamiento de Benito Juárez.
     Los arcos de la fachada nos recuerdan el trabajo del arquitecto Oscar Niemeyer en Brasilia, ciudad creada entre comillas “de la nada”, como la nuestra, apenas unos 15 años antes. Otros elementos emblemáticos del Palacio y de la Plaza son la estatua de Benito Juárez que se envió desde la ciudad de Campeche en 1976, y el reloj de la fachada construido en Zacatlán de las Manzanas, Puebla y que se incorporó el 12 de noviembre de 1980. Pero, importante también es que no hay una iglesia.
     No hubo necesidad de plantar una iglesia frente a un nuestro Palacio Municipal, por la sencilla razón de que México es un país laico y que Cancún es una ciudad diseñada, no atendiendo lineamientos de la Corona Española, sino una ciudad moderna de la segunda mitad del siglo XX, concebida por mexicanos. Lo lógico era separar el poder civil del eclesiástico, máxime en una ciudad que sería la cabecera de un municipio que se llamaría Benito Juárez.
_________
   
Notas:
1)       Si bien la Ciudad nació oficialmente el 10 de agosto del 71, cuando el gobierno federal registró su fundación mediante un Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, nosotros festejamos su cumpleaños el 20 de abril.
Así se decidió un día en sesión de Cabildo en atención a que algunos pioneros recuerdan que en esa fecha del año 1970 llegaron las primeras maquinarias a Punta Sam, y con ellas se iniciaron en forma los trabajos que unos meses antes empezaron a machete limpio…
2)       El Plan Director de Cancún, Un Desarrollo Turístico en la Costa Turquesa, FONATUR, 1982, está disponible para su consulta en la Biblioteca Antonio Enríquez Savignac de la Universidad del Caribe, Cancún, Q. Roo.
3)       Población de Cancún:
Año 1986: 250,000 habitantes (extraoficial)
Año 2005: 526,701 habitantes (según INEGI)
Año 2010: 628,306 habitantes (según INEGI)
Año 2015: 1,000 000 habitantes (según mis cálculos)
Año 2085: ¿?
4)       FONATUR, 1982: 72

SEGUNDA PARTE
En Cancún siempre prevaleció el espíritu pionero y, para mí, esa es la esperanza, que sean los propios quienes se den cuenta de que realmente esto es su patrimonio, y que los que viven aquí y se la han jugado, son los que tienen que tomar interés en este desarrollo, porque con toda franqueza, yo no veo que nadie más se vaya a preocupar de los problemas de crecimiento de Cancún”                                                                           Antonio Enríquez Savignac 

Es importante recordar que las ciudades las hacen los vencedores. Y que nuestro Palacio Municipal y la Plaza de la Reforma son el ícono más importante de esta ciudad hecha por mexicanos. Por eso cuando un presidente municipal ya en el siglo XXI  se empeñó en devolvernos al siglo XVI se enfrentó con el rechazo de la población. Pero a eso regresaré más adelante.
      Otro ícono es la edificación de las oficinas de FONATUR, no sólo por haber sido quien llevó a cabo el Proyecto Cancún sino también por su arquitectura. Ojalá a nadie nunca se le ocurra derribar este edificio. Lo mismo aplica a nuestros monumentos.
      Volviendo a los planos. Tanto en el que menciono primero como en el plano de ampliación de la zona urbana5, se observan dos generosos triángulos verdes, tan grandes que incluso parecen tocarse aunque los separa la Av. Rodrigo Gómez, conocida como Av. Kabah. Es que se contemplaba dotar a la Ciudad de abundantes y amplios espacios verdes.  En uno de los triángulos se encuentra la Smza. 21, con sus áreas e instalaciones de deporte, cultura y recreación. El otro corresponde al área destinada al parque Kabah…
      Pero sucedió que los triángulos se encogieron… El de la reserva del actual parque Kabah perdió más de 27 hectáreas porque las mercaron para ser destinadas a fraccionamientos.
¿Cómo así? Bueno, es que hay un tema de la geometría llamado "triángulos semejantes", y entonces a simple vista esta operación no fue obvia en los planos. El nuevo triángulo aparece en el Plan de Desarrollo Urbano de 1993 con 60% de la superficie de su semejante. El otro 40% de la reserva se perdió para la comunidad en aras de la comercialización.
      Lo anterior puso en alerta a quienes deseaban que la ciudad se siguiera desarrollando con alguna fidelidad a su espíritu original, pero que se percataban también que a la sombra del éxito de Cancún, la mancha urbana crecía caótica y se devoraba a la selva. Se propagaban nuevas colonias urbanas y suburbanas, surgía una franja de asentamientos irregulares a raíz de invasiones de tierras, todo ello con características de marginación extrema, o sea, inseguridad, pobreza, y, sobre todo, carencia de infraestructura, servicios públicos y espacios que nos hablaran de una ciudad sana.
      Por lo mismo, un predio situado en el centro geométrico de la ciudad, y que había permanecido por azares del destino al margen de la urbanización desmedida, acaparó su atención desde entonces. Me refiero al Ombligo Verde.
      Dos supermanzanas conforman el predio: la 33 y la 34. La primera, de aprox. 4 ha., figuraba en el Plan de Desarrollo Urbano de 1993 como área destinada a educación y cultura, recreación, salud y espacios abiertos. La segunda, con superficie semejante a la anterior, no tenía declaratoria de usos y destinos, y, como la primera, era una reserva de FONATUR. Hubo intentos de edificar ahí una subestación eléctrica, luego una catedral, después la terminal de autobuses pero la ciudadanía salía en defensa del predio. En 1997, el Instituto Nacional de Ecología nos respondió a un escrito en el cual 1400 habitantes solicitaban que las 8 ha. se destinaran a PARQUE. La recomendación del Instituto Nacional de Ecología fue que el municipio las decretara parque urbano.  FONATUR, por su parte, elaboró un precioso anteproyecto arquitectónico para el parque. Pero en el año 2000, al municipalizarse el predio, resultó que la iglesia católica se instaló ahí, ocupando la cuarta parte del Ombligo Verde.
      En vano han sido las gestiones para sacar la iglesia del Ombligo Verde, a pesar de haberle ganado la batalla legal. Sin embargo, en el Plan de Desarrollo Urbano de 2005, el resto del Ombligo Verde ya apareció con uso de suelo de PARQUE, gracias a la defensa y las gestiones ciudadanas.
      El siguiente embate sobre el Ombligo Verde se dejó venir en 2009, cuando la autoridad municipal del momento inventó su proyecto de Plaza Bicentenario, queriendo así devolvernos de golpe al siglo XVI. Inspirada la autoridad por la peregrina idea de emplazar ahí una plaza que conjuntara un nuevo Palacio Municipal con la catedral, y contar con un enorme estacionamiento subterráneo, procedió a arrasar con la vegetación de la mitad del parque y taladrar el suelo.
      Triunfaron la lucha y la razón. Con la nueva autoridad municipal, darían inicio las jornadas de reforestación de la zona impactada y en octubre de 2012 se celebraría una histórica sesión de cabildo en el Ombligo Verde, declarándolo la 1ª Zona de Preservación Ecológica Municipal.
      Ahora les presento un mapa tomado del actual Plan de Desarrollo Urbano donde se aprecia el tamaño actual de la mancha urbana y hacia dónde se proyecta su expansión.
      Observen la forma en que la misma se va devorando la selva, y los insuficientes espacios verdes que alberga en su interior. Aunque nos parece que se ha construido mucho, queda mucho más por hacer y por cuidar pues dentro de 70 años habrá probablemente ocho veces más Cancún de lo que hay ahora. Si serán 100 pisos hacia arriba o 100 kilómetros de extensión es de pensarse. Mi recomendación es cuidar a nuestra ciudad, amarla, y librar la batalla en aras de que su crecimiento sea más sano y equilibrado. Para ello, hay que apoyarse siempre en el Plan de Desarrollo Urbano6 vigente. ¿Por qué? Porque es como un inventario de los espacios, los usos y destinos de suelo. Ahí están marcadas las áreas de equipamiento urbano. Es nuestro instrumento: Uno lo revisa y descubre dónde es posible recuperar espacios verdes para la ciudad.
      Nunca olvidemos que su cuna de fue la selva.
Notas:
5)       Plan Director de Cancún, Un Desarrollo Turístico en la Costa Turquesa, FONATUR, 1982: 97
6)       El marco legislativo que ha regido el desarrollo urbano en Cancún durante sus 45 años:
  • Plan Director de Cancún, Un Desarrollo Turístico en la Costa Turquesa, FONATUR, 1982.
  • Plan Director de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Cancún, periódico oficial de Q. Roo, 12 ene 1993.
  • Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de la Ciudad de Cancún, actualización 2005, gaceta oficial de BJ., 31 mar 2005.
  • PDU BJ 2014-2030, periódico oficial de Q. Roo, nov 2014.           
______
Crédito de fotos aéreas: Mtro. Tulio Arroyo Marroquín             

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”