Dante y Dalí andan reporteando en la calle

¿De que color es el infierno? Se preguntaba Dalí y lo resolvía a su manera en sus 100 grabados famosos sobre la Divina Comedia de Dante. Me pregunto, ¿por qué el infierno, donde quiera que se esconda, habría de tener colores distintos a los del mundo; a los de la vida diaria?

Basta con mirar alrededor y listo. Asomarse a la ventana del mundo y ver tanto ángeles como a demonios caídos, pululando, copulando, soplándose en la nuca, disparando, haciéndose muecas mientras con una mano se transan las monedas y con la otra se meten el dedo unos a otros.

A Dalí le pidieron que reflejará en imágenes la Divina Comedia en conmemoración de los 700 años del nacimiento de Dante. Su truco fue mirar bien a los lados y ya estuvo: era cosa de poner alas, cuernos y túnicas a los transeúntes de la vida. Dalí era un genial pintor, un ingenioso reproductor y un gran engatusador de ciegos funcionales. El infierno tiene color, no cabe duda.

El ojo cromático del humano observador no se engaña. ¿Qué otra cosa tuvo que hacer Dante? Lo mismo. Los actores son los mismos. Cambian de trapos, no de vientos: son los mismos. Tienen sus paraísos y los infiernos al alcance de la vida. Los que se quedan temporalmente en medio arman la trilogía. 

Me gusta decir, para justificar la distancia placentera con el drama de las noticias, que el mundo es un campo de batalla. Nada de escándalos amarillistas por amasar el pan de cada día. Me encuentro hoy -porque siempre ando buscando cosas que encontrarme- con este repaso de los grabados de Dalí, 'El otro Salvador Dalí'  a propósito de su representación de la Divina Comedia. Interesante. Digo, una genial representación mas del surrealismo sobre las practicas cotidianas llevada a una de las grandes manifestaciones del costumbrismo hecho cultura. 

Y hoy mismo que veo eso, la ventana del mundo dice que hubo varios atentados, ejecuciones, desplazamientos y demás, en distintos puntos del planeta, en calidad de destripadero de inocentes, o por lo menos de gente agarrada desprevenida, por la espalda. En Francia, en Túnez y en Kuwait. Mientras que en Chad el tal Boko Haram arrasa con las poblaciones y en Italia se denuncia el silencioso genocidio de migrantes en el Mediterráneo. Las crónicas son dantescas y las gráficas dalinicas: directas, dramáticas, crudas, sangrantes, casi instantáneas antes de que cuagulen. 

¡Ahí está!  La Divina Comedia en su parte infernal, actualizada. El infierno tiene una gran cromática de alta resolución.

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