PRD, inútil búsqueda del sueño perdido

Mermado por el descrédito frente a la sociedad y abandonado por sus dirigentes mas icónicos, por muchos militantes históricos y por buena parte de sus electores, el PRD realizará a partir de hoy, y durante cuatro días, su Congreso Nacional en el que habrá de decidir lo que hará de si mismo después del tropezón que lo tiro de bruces en el escenario político nacional.

Habiendo sido el referente mas importante de la izquierda mexicana durante los últimos 25 años lo que ahí se decida determinará si el Sol Azteca puede tomar oxigeno para aceptar ser solo una de las partes de un nuevo complejo opositor o si se empeña en desvanecer en el horizonte de una política autodenominada 'socialdemócrata' que para efectos prácticos ha sido públicamente identificada como colaboracionista y entregada al gobierno priista.

Quienes van a definir ese futuro son los dirigentes de su corriente hegemónica, Nueva Izquierda, los mismo que han colocado al partido en la condición actual. Trascendió que en reciente reunión preparatoria del congreso, bajo el lema de "Cambiar para ser mejores", se habrían propuesto adoptar "una nueva actitud" que incluso podría significar el cambio de nombre y de imagen para "refundarse".

Eso esta por verse porque el problema principal es precisamente la actitud, empezando por el diagnóstico de lo sucedido y, consecuentemente, la línea estratégica que se habrá de seguir: frente a no pocos ojos de Nueva Izquierda el responsable de todos los males se llama Andres y le dicen AMLO, quien 'desde que se fue a formar su MORENA se ha dedicado única y exclusivamente a hacer todo el daño posible para desfondar al PRD y desacreditar su aporte al país'. La contrapartes interna de ese mal, siguiendo ese mismo razonamiento, tiene por nombre Rene Bejarano quien 'desde las entrañas del partido actúa con la saña de un dinamitero.'

No exagero. Es una manera simple de decirlo pero a eso se reduce el diagnóstico sumario en Nueva Izquierda: AMLO y Bejarano son los responsables de la crisis del PRD. Ejemplo: consideran que sumarse al Pacto por México fue lo más acertado que se hizo en los últimos tiempos. Ya lo entenderemos los mortales con el tiempo. Es más, para algunos no existe tal crisis. Si a partir de hoy les escuchamos un análisis autocrítico de otra naturaleza entonces sucedió una reflexión profunda de última hora o, simplemente, lo que dijeron en estos días fue una finta para engañar a los metiches. Pero no lo creo.

Bejarano y compañía, -la Izquierda Democrática Nacional-, llegan al congreso con la amenaza de renunciar en masa si los mandamases del PRD insisten en su diagnóstico acusatorio y en las alianzas electorales con el PAN. Algunos, creo que no pocos, quisieran que de una vez se fueran. Sin embargo, si rompen se ahondará la descomposición y la imagen pública. Si se quedan, se estarán minando y neutralizando mutuamente. Y es que una parte importante del PRD esta empujando para formar, a partir de este año, un Frente Amplio Opositor con el PAN que llegue hasta el 2018 para sacar al PRI de la presidencia y formar un gobierno de coalición, mismo que incluya a Movimiento Ciudadano y hasta a MORENA... si quiere. Tal vez piensan que AMLO se puede ir tras esa zanahoria y será que tampoco se han dado cuenta que MC tiene trazada su propia ruta.

La caída del PRD no se limita a la línea política, la fuga de militantes y la pérdida temporal de votos. Hay una evidente crisis de liderazgo. No se ve entre los 'cuadros históricos' que le quedan quien se pueda hacer cargo con éxito de unificar hacia el interior y mostrar una cara creíble para la sociedad. De ahí la insólita propuesta, muy avanzada, de hacer los cambios estatutarios necesarios para colocar en la presidencia nacional a un personaje casi-externo como Agustín Basave, lo cual, a mi entender, representa una interrogante del tamaño de una maniobra malsana. Gatopardo detrás de una académica cortina de humo.

No le veo, pues, al PRD por donde. El tanque de oxigeno parece estar vacío. Sueño y esfuerzo de una generación tirados al barril sin fondo de necedades, confusiones, egos e intereses personales y de corto plazo. Un alto costo para la sociedad. 

Pero esa es mi opinión. Los que se están haciendo cargo dirán con los hechos si es acertada o errónea. Destaco la actitud, en la coyuntura, de Carlos Navarrete. Por forma y fondo; por la autocrítica y por haber presentado su renuncia anticipada a la presidencia nacional poniéndola a disposición de la reflexión y del cambio. Es mas, diría que la ironía de las circunstancias le quemo al PRD, a la mala, el liderazgo que mejor le hubiera ayudado a sortear estas circunstancias. Pero es "hubiera" y, por tanto, una quimera. Actitud respetable y de altura que, por cierto, contrasta drásticamente con la patética maroma de sus correligionarios en Quintana Roo: muestra fiel de que, en sus entrañas, el PRD no tiene remedio. Ya lo comentaremos.