Sofisma del caudillo pintado de cuerpo entero

Yo digo lo que pienso y lo que yo digo es siempre la verdad.
La verdad se impone, por lo tanto mi pensamiento es ley.
Quienes no se subordinen a mi verdad serán condenados en la hoguera de la fama pública como esbirros de la mafia del poder.
Entonces, solo hay de dos en esta historia: los buenos y los malos.
Los buenos: aquellos que me siguen aceptando mi verdad en obediencia.
Los malos: todos los demás.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”