Ciudadano Tajamar



'Lágrimas de cocodrilo' decimos por disimular. ¿Acaso alguien llora sincero por los cocodrilos? Claro, niños y no pocos adultos, al verlos desorientados, donde se destruyo el manglar. Dice Fonatur que no hay daño, solo impacto ambiental; las especies animales serán reubicadas en terrenos colindantes que harán un parque ecológico: pero vea señor, no es necesario, este es su hábitat natural; el manglar está cortado pero sigue vivo. Si evitamos que lo rellenen va a resurgir. 

Tajamar representa el 2.1% de las superficies comercializables de la zona, en su mayoría ya urbanizadas. Amplias áreas de manglares son hoy vivienda popular: es que entonces no estábamos; es decir, si estábamos pero no éramos conscientes como ahora. Ya no los vamos a dejar. Ni una destrucción natural más. 

Un sociólogo me explica que antes la gente quería desarrollo y empleo sin atender al entorno; hoy, al estabilizar su estar, defiende calidad de vida y el ambiente cuenta.

Hay mucho dinero de por medio, ¿cual solución para los desarrolladores?: que se aguanten. Es como cuando agarras a alguien con un auto robado; se le quita y listo. Tajamar es de todos. Que primero se fijen donde van a meter su dinero. 

La utopía siempre será hermosa, necesaria, poética. El sueño de un despertar. Surgirán de esta lucha colectiva nuevos ciudadanos con otra conciencia. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sobre el dinosaurio camaleón

México ante la necesidad de un Nuevo Orden Mundial

No hubo “corcholatas”