Amigos políticos



No es un comercial sino un amistoso llamado a la relajación, a la condescendencia. En última instancia, a la tolerancia.

'Amigo' se dice casi todomundo en los tratos de negocios o política (que acaso pueden ser lo mismo) cuando el encuentro se va haciendo frecuente. Entonces decirlo se convierte en el término del mutuo interesado entre dos auténticos desconocidos que recientemente han dejado de serlo. Amigos de interés, pues. No es un vínculo de química sino de brújula. Cuando el imán cambia los sentidos la supuesta amistad encuentra líneas de vertedero: o se construye como posibilidad real, pasando todo lo demás al plano secundario de lo tangente o, simplemente, el nudo de enlace se disuelve.

Viene al caso por lo que me acaba de suceder:

Por haber publicado un comentario político crítico sobre acontecimientos que no solamente me constan sino que en cierto sentido me impactan, recibí una advertencia (por no decir una amenaza) por parte de quién se ha venido diciendo mi amigo, colega y aliado en las últimas semanas y algunos meses. Decir que un grupo de posibles aliados políticos tomaron decisiones que no comparto y que, por lo demás, creo que a ellos mismos tampoco benefician, fue causa del dedo hinchado en flama sobre mi cabeza. En el blog la entrada se llama 'Los independ... ¿qué?'


Al más rancio estilo de la falta de intolerancia para el pensamiento discordante, me hicieron saber que más me vale y ojalá las cosas electorales resulten como (el mensajero supone) yo deseo. Lo que quiera entender por eso. ¿Qué tiene que ver el futuro resultado electoral con lo que escribí? No lo sé. No he sacado bandera para hondear pero ya me etiquetaron. 

Se me antoja para suponer que si no gana Carlos Joaquín quienes se sienten aludidos con mi comentario serán los que a partir de entonces 'repartan el queso' y a mí, por decir en anticipado que se equivocaron, me van a rebanar la lengua o mínimo los dos dedos con que escribo en las teclas.  Ojalá todo quede en una apenada declaración de 'mea culpa' en la plaza pública. 

No debería ser para tanto pero si lo es: entre descuidos y excesos de confianza suceden calamidades. Por eso acuso recibo y actuaré en consecuencia, que no será precisamente dejar de decir lo que pienso. 

Este circo llamado Quintana Roo 2016 apenas empieza. Como dijera el maestro de meditación comparada: si así se ponen los payasos en el ensayo, sabremos de los domadores en escena. 

Pónganse cómodos, amigos de sus verdaderos amigos, para que lo vean.

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