Benito Juárez se tercia
La veleidosa "joya de la corona", con Cancún en el centro, vuelve a estar bajo intensa refriega electoral. Joya irreverente y rebelde que cambia de manos según las circunstancias. Lo que parecía una contienda entre dos se modifica para incluir a un tercero por decisiones dadas a conocer de última hora.
A pesar de ser siete
los contendientes (candidato independiente incluido) todo apunta para que la disputa por la Presidencia
Municipal de Benito Juárez se vaya a tercios. Baja Mara Lezama en Morena y sube Greg Sánchez en el PES, haciendo localmente el tercio competitivo frente a las dos coaliciones que a la vez se disputan la gubernatura. No hicieron posible el acuerdo
entre Julián Ricalde y Greg para que fueran unidos desde la misma
trinchera. Lo que pintaba para una sociedad muy competitiva, acompañando
a Carlos Joaquín para la gubernatura, se puede convertir en un choque de
locomotoras con epicentro en Cancún.
Greg contra Julián
perfila para ser un desquite. Es una de las formas de verlo. La delgada
distancia política que los separa está unida por un hilo personal muy grueso
cargado de agravios. Nadie lo dice ahora pero huele. Hay una diferencia de
fondo que ha sido hecha pública por las partes en diferentes momentos de los
años recientes. Hace unos días decíamos
aquí que los agravios iban a conspirar en esta elección y parece que así será,
por lo menos en este caso.
Ese encontronazo
entraba en el cuadro de las probabilidades pero las formas que adopta no eran
tan imaginables hasta hace unos días: Ricalde abanderado de la coalición
PAN-PRD y Greg haciendo lo propio desde un partido naciente pero más afín
ideológicamente a sus creencias y convicciones.
Los dos estarán
enfrentados entre sí, claro, pero la disputa real por la silla es entre tres. Ambos tendrán que lidiar con el despilfarro de las despensas, las prebendas y las mañas verdes. Chato el comentario que se encierra en decir que Greg solo viene a realizar el trabajo sucio de desviar el voto opositor para favorecer a Remberto Estrada. Todo lo contrario, puede embarrarle los planes: buscara también el voto priista inconforme con la imposición verde. Hasta donde tope. Entonces, quien de los opositores capture mejor el
descontento con el despropósito verde, -tanto priísta como del ciudadano en general- tendrá mayores posibilidades. De lo contrario, simplemente se estarán
nulificando uno al otro.
Por cierto, ¿habrá
real y parejo control y fiscalización oficial de los gastos de campaña?
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