Chapulín, ¿virtud o vicio?

"El que se mueve no sale en la foto" dijo alguna vez el icónico Fidel Velázquez símbolo, él mismo, del populismo autoritario priista de otra época. Disciplina o exclusión era la premisa básica del poder que se reproducía dentro del circuito cerrado de un solo partido. Disentir o migrar políticamente era impensable. El sistema y el partido eran uno mismo.

Las cosas han cambiado. Hoy el juego político es diversificado y las parcelas de poder se reparte entre diferentes partidos. Consecuentemente, según se van moviendo los tramos de poder lo mismo van haciendo los intereses personales o de grupo de quienes tratan de conquistarlo o mantenerlo. El tránsito de políticos se da con frecuencia, de un partido a otro, y estos movimientos se han convertido en medianamente normales en un sistema político que, en su novel pluralidad, estimula el pragmatismo por encima de lealtades, disciplina o ideologías.

Para efectos de la gracia comercial, crítica o peyorativa en medios de comunicación, pasillos y cafés, a los saltarines políticos se les califica como "chapulines". Reciente aportación mexicana a la zoología política que aún no es usual encontrarla con esta acepción en algún Diccionario o en Wikipedia.

Sin embargo, por más que se hable de "chapulines" y otras zoologías lo real es que las alianzas, las rupturas y los reacomodos son consustanciales a las circunstancias cambiantes en el juego de poder. Por tanto, si alguien se mueve de un lugar a otro para acceder a los espacios de decisión haciendo bien las cosas, tareas y responsabilidades que le corresponden, ¿cuál es el problema?

En contrario, de nada sirve, sin importar color, bandera o tendencia, quien se queda donde mismo, se agazapa y se disciplina pero cada vez que tiene una responsabilidad pública abusa del cargo, lo corrompe y traiciona a la ciudadanía.

Es decir, leal y disciplinado no es sinónimo de virtuoso, como no lo es, por sí mismo, el chapulín del vicio.

Nadie se extrañe, entonces, de los brincos y saltos que vemos ni de lo que estén por venir. 

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