Juan Camaney existe

¿Qué hace un yo-yo para difuminar su estancia en el planeta? Dar interminables vueltas veloces sobre sí mismo. Debería ser trompo el que se llama yo-yo. Deberían intercambiar y mejor llamarse yo-yo el trompo, por el spin del retiemble en su centro hasta la tierra. La patria es primero dijo el rockero que algo me acuerdo de los años setentas. Primero te digo adiós que ponerme a escuchar. Gracias a Dios soy un laico creyente que va religiosamente a la iglesia debido al Estado benefactor. Entre sangre judía y plaquetas musulmanas, viva el cristianismo cabrones, que la enseña patria es para venerar. Hasta que el Mar de los Sargazos revoque la nave que migra. La migración somos todos. Todos somos lo que somos, pero yo soy más que todos porque así lo quiso la vida y no me disculpo por eso. Inteligente nací a la mitad del camino y tengo hijos que mantener. ¿Alguien también? Que la culpa la carguen los jodidos porque ser clase media acomodada es un mal soportable. El cambio que lo cambie vendrá junto con el diluvio. Ni modo. No hay más sordo que el que no para de hablar. 
Entre el púlpito y el atril, la cátedra escolastica. Pontificar es lo mismo que emular a Fidel Castro, aunque se tarde lo mismo. Cruz, cruza que se vaya el diablo... en cualquier escuela debería de hacerse pero yo fui a la mejor. Maestro soy. La espalda contra el pizarrón. No lo necesito. Traigo en el portafolios la ruta de la verdad. Me puedo equivocar -y me equivoco a cada rato- pero no puedo darte la razón porque hasta acá no te escucho. Tampoco oigo nada si te acercas, ¿por qué no abres la boca? Toma tu distancia por favor.
Lo que está hecho bien, hecho está porque yo lo hice, lo vi, estuve allí. Lo que yo no hice esta mal. Vamos a cambiar. ¿Para qué?
Yo porque yo más yo. Yoyo. ¡Qué bueno que están aquí para conversar! El diálogo estimula el sosiego y propicia la paz.
Yo soy aquel.

(Tanto que oí hablar de él a lo largo de la vida. Por fin lo conocí)

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