La batalla por el Congreso

Concentrada la atención en las contiendas por la gubernatura y, si acaso, en las presidencias municipales, especialmente la de Benito Juárez, hay que voltear hacia la disputa que inicia por el Congreso ya que también anuncia un desafío de buenas proporciones.

Quien gobierna quiere tener al Congreso de su lado y, si es posible, a su disposición. Elecciones "de Estado" hemos visto y padecido con esa intención. El equilibrio de poderes en Quintana Roo es hasta hoy una intensión de discurso sin efecto práctico. En 2013 el PRI y el Gobierno del Estado echaron "la casa por la ventana" con tal de tener la cómoda Cámara de Diputados que ahora vemos, aplicando, de paso, la cláusula de mayoría calificada garantizada que les permitió adjudicarse hasta tres diputados plurinominales a pesar de haber ganado la absoluta mayoría de los distritos. Impugnada legalmente esa formulación los tribunales federales les fallaron a favor con el argumento de que cada Congreso local es libre de decidir la forma de integración que mejor le convenga.

Todo indica que en esta ocasión no habrá carro completo para nadie y mucho menos mayoría asegurada en la próxima legislatura. Se dice que eso tiene muy preocupado al PRI y, en particular, al gobernador Roberto Borge por lo que implica saldar oficialmente las cuentas en el manejo de los recursos públicos que la sociedad puso bajo su cargo. La guerra de trincheras por los diputados será intensa.